Acontecimientos que dan felicidad y
tristeza
Durante el fin de semana Candy estuvo pensando en la propuesta de Frank, el
Domingo George paso por Candy para llevarla a la mansión a comer con la
familia, donde ya la esperaba Albert.
-
Hola
Candy, es un gusto que nos puedas visitar- dijo el rubio- ven tengo algo para
ti pasemos al estudio
-
Albert
pero no te hubieras molestado – dice la joven apenada
-
No para
nada no es ninguna molestia, además te servirá mucho en este invierno.
Al entrar al estudio ve una caja envuelta con un gran
moño, Candy toma la caja y lo desenvuelve ansiosa, dentro de la caja se
encontraba una hermosa estola de pieles en color marfil.
-
Albert
es hermosa – expresando asombro al ver la hermosa pieza que tocaban sus manos
-
No tan
hermosa como tu pequeña – dice regalándole una sonrisa
-
Gracias
– lo abrazo
-
Me
gustaría que la uses en la fiesta de Navidad que te parece
-
Claro
que si, a propósito ya tenemos que trabajar con los preparativos
-
No te
preocupes tu déjalo en mis manos, Paty me está ayudando con eso, además con tu trabajo no creo que tengas
cabeza para planear nada.
-
Tengo
las tardes libres puedo hacer algunos adornos - agregó
-
Pues
conociéndote creo que no podre persuadirte de lo contrario, solo espero que ese
día si te lo den en el hospital
-
Si
trabajaré duro para poder descansar esos
días.
-
Que
bueno me alegra saber que estarás aquí con la familia
-
Albert -
dijo pensativa - paso algo
-
Si dime
¿tienes algún problema?,¿ necesitas dinero? dime lo que sea – dice preocupado
-
Ho no
es nada de eso, conocí a alguien en el Hospital se llama Frank es muy buen
amigo mío, sabes tiene mucho parecido con Anthony, ama las rosas también y es
muy noble de corazón.
-
Ah
bueno me asuste de pronto, ¿y trabajan juntos entonces?
-
Bueno
el es Cirujano y muy bueno y yo apenas estoy estudiando
-
Veras
que pronto serás muy buena cirujana también
-
El
asunto Albert es que me invito a un viaje de trabajo en Nueva York
Albert se quedo mudo por un momento al saber de lo que se
trataba – ¿Y qué has pensado? – pregunto un poco temeroso
-
Una
parte de mi si quiere ir, pero me da miedo el hecho de pensar que pueda toparme
con él ¿si me entiendes?
-
Si
perfectamente, pero tu vida no puede girar en torno a una persona Candy, no
debes de dejar de hacer lo que quieres solo por miedo, ¿tú me entiendes? –
poniéndose de frente a Candy
-
Lo sé y
lo entiendo, entonces voy a ir, dejare atrás mis miedos de una vez por todas y
me dedicare a mi trabajo.
-
Así
está mejor, ten fe Dios nos lleva siempre por buen camino si nos encomendamos a
él.
-
Tienes
razón, gracias necesitaba escucharlo de ti.
-
Y dime
cuando será ese viaje y donde se hospedarian – pregunto con curiosidad
-
Hasta
Febrero – indica la joven – sobre el hospedaje no me habia puesto a pensar en
eso – se encoje de hombros
-
No te
preocupes yo me puedo encargar de eso, pero si me gustaria conocer a Frank
antes que te marches aun si dices que es buen amigo tuyo necesito estar seguro
que estaras bien – dice con seriedad
-
Claro
que si, en cuanto haya tiempo lo invitare a la mansión – le indica la rubia
-
Me
parece muy bien pequeña, solo quiero estar seguro si me entiendes
-
Claro
que si Albert - sonrie
-
Ahora vamos
nos esperan en el comedor – le invita Albert
Ambos caminaron hasta el comedor donde ya estaban todos esperándolos para
empezar a comer, durante la comida platicaron de los preparativos de la fiesta,
aunque la tía abuela no se sentía del todo contenta con la idea trato de ver el
lado positivo a las cosas, después de comer tomaron asiento en la amplia sala
adornada con un hermoso piano blanco de una ala y Annie toco una hermosa pieza
de Franz Liszt.
Al término de la cena Archie tomo la palabra y armándose de valor anuncio
el compromiso de él con Annie algo que sin duda Candy y Paty no se esperaban,
sin embargo la tia abuela y Albert ya lo sabían y dieron todo su consentimiento
para dicho compromiso.
-
Wow no
me lo esperaba - dijo Candy levantándose a felicitar a la pareja - pero no
habían dicho nada
-
Bueno
fue algo inesperado - se excuso Archie
Todos felicitaron a la pareja, darían una cena compromiso
en 15 dias y la boda se celebraría a finales de Enero, algo mas que precipitado
lo que dio a Candy ciertas sospechas sin embargo tenia que esperar el momento
oportuno para interrogar a su amiga, todos empezaban a retirarse a sus
habitaciones, Albert se quedo un momento con Paty, necesitaba revisar algunos
asuntos del Orfanato y además veía a Paty demasiado metida en el trabajo y
sentía que necesitaba distraerse más.
-
Aquí
tengo el expediente de los niños que están en proceso de adopción - dijo Paty -
y también tengo la lista de calificaciones como me lo había pedido Sr. Andley
-
Paty no
me digas Sr. Andley – sonrió el rubio
-
Está
bien Sr. Albert
-
Dime
Albert - la miro a los ojos - me haces sentir muy viejo y no lo soy
-
Está
bien Albert, pero es que es un Andley como hablarle de tu
-
En qué
quedamos Paty - la mira desafiante
-
Lo
siento Albert - dijo sonrojándose
-
Y los
preparativos de la fiesta ¿cómo van? – preguntó el rubio
-
Todo
listo, George me ha estado ayudando mucho, tengo contratados a los músicos, los
platillos los estuve viendo con Doroty y solo faltarían algunos regalos para
los niños, Candy me entrego los que trajeron,
el árbol lo donara el Sr. Carthright
-
Entonces
le diré a George que te lleve a comprar los regalos, ha y otra cosa - dijo
mirando a la joven
-
Que
pasa ¿falta algo? - preguntó Paty
-
Si,
también le pediré que te lleve a una tienda para que te compres un vestido,
zapatillas y lo que te haga falta
-
Pero yo
tengo vestidos Albert - dijo de inmediato - no necesito otros
-
Nada de
peros, ese será mi regalo para ti - dijo firmemente
-
Pero es
que me apena - dijo angustiada
-
Paty -
le tomo su mano - te he visto trabajar muy duro en el Orfanato, se que te gusta
pero debes también distraerte y pensar en ti, eres una chica muy joven y muy
bonita.
-
Está
bien – sonrió - a veces no me doy cuenta de que la vida se está pasando
-
Eso me
sospeche - dijo el rubio - acompaña a Candy y sus amigos a salir, veras que te
distraerás.
-
Si lo
hare - se puso de pie - muchas gracias, eres muy buena persona, pero a veces
pienso que te quedas sin los consejos
-
Porque
lo dices - dijo sorprendido
-
Te la
vives encerrado en este estudio o en la oficina, pocas veces te veo divertirte
-
Es
diferente - trato de excusarse - soy la cabeza de la familia
-
Pero
también tienes que vivir, eres un hombre joven y buen mozo - al decir esto se
sonrojo la joven - pero pasas mucho tiempo trabajando
-
No me
había dado cuenta - sonrió
-
Debes
pensar en ti - camino hacia la puerta - es tarde me retiro, que descanses
-
Hasta
mañana y gracias.
Albert se quedo pensando en las palabras de Paty, tenía
razón en lo que le decía, pero era un solitario, disfrutaba de la naturaleza,
como encontrar otro tipo de diversión, se propuso mirar más a su alrededor y
relajarse un poco del trabajo, la fiesta sería un buen momento para comenzar a
disfrutar más de la vida. Luego tras revisar los documentos que le dejo Paty se
retiro a descansar.
Mientras Candy
interrogaba a Annie en su habitación sabia que algo mas estaba
sucediendo - Te aseguro que no es lo que piensas - dijo Annie firmemente
-
Pero es
que es demasiado rápido - seguia insistiendo
-
Te lo
voy a contar es un poco penoso para mi pero ha sido muy generoso por parte de
los Andley
-
Esta
bien te escucho y te aseguro que no dire nada - dice tratando de animarle a
decirle
-
Hace
tiempo la situación económica de mi padre no ha sido muy buena, iban a liquidar
las acciones que tenia en el banco para que se retirara, sin embargo Albert y
la tia abuela abogaron por el ante el consejo y aceptaron las condiciones y una
de ellas es el matrimonio de Archie conmigo y bueno tras la ayuda económica de
Albert mi padre logro permanecer en su puesto - dijo algo apenada
-
Pero
Annie no te sientas avergonzada, no cabe duda que Albert es una persona muy
generosa y bueno la Tia abuela jamás la entenderé pero es buena en el fondo.
-
Si-
dice un poco triste- me hubiese gustado casarme de una manera no tan presurosa
pero igual será el dia mas feliz de mi vida
-
Por
supuesto y mas si tu y Archie se aman - dijo dándole un abrazo
Candy se despidió de su amiga y se retiro a su
habitación, se sentía contenta aunque la boda era muy precipitada tenia un
presentimiento de que sus amigos serian muy felices, lo que mas se le hacia
raro era la actitud de la Tia abuela sabia que en el fondo tenia un buen
corazón y que por algún motivo se escondia bajo una coraza de mujer fría y sin
sentimientos.
La primer semana de Noviembre estaba por comenzar, a la mañana siguiente el
chofer dejo a Candy en el Hospital, la primer nevada del invierno empezaba a
caer, poco a poco durante esa mañana la ciudad se cubrió de un manto blanco, al
salir de una de las salas de recuperación Candy se topo con Frank quien venía
de la oficina del Dr. Lewis.
-
Hola
Candy ¿que tal tu fin de semana? – pregunto con interes
-
Hola,
muy bien la pase con la familia y ¿tú qué hiciste?
-
La pase
aquí en el hospital, el sábado llego un tren con heridos de Philadelphia, allá
los hospitales están llenos tanto en Washington como en New York, así que están
enviando trenes a distintas partes del país.
-
¡Ho
Dios mío! – expreso la rubia en un gesto de preocupación – ¿porqué no me
avisaron? me hubiera quedado a ayudar.
-
Afortunadamente
si hubo personal suficiente para atenderlos, sin embargo hay algo más que me
preocupa.
-
Que
pasa dime
-
Están
solicitando voluntarios para viajar a Francia, hacen falta enfermeras y
doctores.
-
¿Y
piensas viajar? - pregunto angustiada
por la noticia
-
Por el
momento no puedo recuerdas que voy a operar a Nueva York
-
¿Por el
momento? ¿Quieres decir que lo estas
considerando?
-
Si de
hecho si, en cuanto pueda iré ¿y tu iras? – pregunto titubeante
-
¿A
Francia? – pregunto Candy con nostalgia
-
No es
obligatorio ir, de cualquier forma aquí están llegando heridos, además una
parte de voluntarios se quedara en Nueva York, Philadelphia y Washington, y
también mandaran gente a Florida.
-
No lo
digo por qué no quiera ir o algo así – dijo recordando a Flammy – claro que me
apuntare para ir
-
Candy –
le tomo la mano – no es necesario que vayas a Francia, si algo te pasa no me lo
perdonaría jamás
-
Descuida
– le dijo dulcemente - nada me pasara prometo cuidarme, pero ¿cuándo será el
viaje?
-
Mira,
quiero hacerte una petición – dice mirandola fijamente
-
Si
claro en lo que pueda ayudarte, dime
-
Te
propongo que vengas conmigo a Nueva York y mientras atiendo al paciente tú
estas como voluntaria, después viajaremos juntos a Francia, ¿qué te parece?
-
Bueno –
dijo un tanto pensativa - de hecho ya lo había platicado con Albert y decidí
que si iba ir, pero cuando me entere de lo de Francia pensé que deberíamos
salir antes.
-
No ,
preferiría que viajemos juntos, no me gustaría que fueras aparte – le dijo
mirándola a los ojos
Candy un poco nerviosa esquivo la mirada y tomo un poco
de aire – está bien iré contigo a Nueva York
-
Gracias
– Frank le tomo la mano y deposito un profundo beso, gesto que ruborizo a la
chica.
-
Bien pues
me tengo que retirar – seguía nerviosa – nos vemos.
-
Te
acompaño tengo que hacer algunas rondas.
Ambos jóvenes salieron del consultorio, caminaron juntos
por los pasillos donde cada uno tomo su camino, durante ese día Candy se sentía
un poco en las nubes, tarareaba de vez en cuando alguna canción, y se mostraba
una mueca que parecía una sonrisa en su rostro.
En esas semanas pocas veces había platicado con Sara, sin
embargo su amiga empezaba a comprender lo que estaba pasando, pero John no se
rendía en su intento por conquistar a Candy, no podía permitir que Frank
tuviera toda su atención, así que empezó a toparse con ella intencionalmente,
hasta que ella acepto una de sus invitaciones a comer. Candy estaba terminando
de suturar la herida de uno de sus pacientes cuando John llegaba en su busca.
-
¿Terminaste
Candy? - pregunto desde la puerta
-
Si solo
termino el vendaje - después de unos minutos salió con John hacia la cafetería
-
¿Has
tenido mucho trabajo? casi no te he visto por los pasillos
-
Si con
los soldados que han estado llegando casi no salgo de la sala de urgencias
-
Tienes
razón parece que la guerra no tiene fin, ¿cuándo terminara todo esto?
-
Roguemos
a Dios que pronto – dijo la rubia con esperanza
-
¿Y ya
sabes que pidieron voluntarios para ir a Francia?
-
Si me
dijo Frank hace algunos días
-
Ho ya
veo…- dijo un tanto serio - ¿han estado viéndose tu y Frank?
-
Solo
cuando nos encontramos aquí en el hospital
-
Entiendo,
um y ¿piensas ir a Francia?
-
Si pero
hasta Febrero y ¿tu?
-
Tal
vez, mm no lo se, pero ¿porque hasta
Febrero? – pregunto con curiosidad
-
Bueno
es que voy a viajar a Nueva York, Frank me propuso que le ayudara en una
cirugía y después viajaremos juntos a Francia.
-
Vaya
así que ya lo tienen todo planeado – lo dijo en un tono irónico
-
No veo
porque lo digas de esa manera, acepte porque… - un tanto nerviosa - porque me
lo pidió como un favor especial
-
Si me
imagino que no dudaste en aceptar – dijo molesto
-
Sabes
John no tengo porqué darte explicaciones de lo que haga o deje de hacer –
diciendo esto último tomo su charola y tomo asiento dejando atrás a John
-
Si
tienes razón – John se apresuro para alcanzarla – he sido un imprudente
discúlpame, pero es que… - en ese momento torno su voz seria en un intento de
llamar la atención de la chica.
-
¿Pasa
algo John?, te has quedado callado
-
Voy a
ser muy sincero contigo, solo espero no incomodarte – tomándola de la mano,
situación que puso nerviosa a Candy.
Candy retira su mano diciendo – John ¿qué pasa? me pones
nerviosa
-
No voy
a andarte con rodeos Candy, desde que te conocí sentí una gran atracción hacia
ti y durante todo este tiempo me he dado cuenta de que – en ese momento Candy
se pone de pie diciendo - Detente por favor no sigas hablando - la chica se
veía muy perturbada y asustada
-
Pero
que pasa Candy estoy tratando de expresar mis sentimientos – también se pone de
pie visiblemente molesto – ho si ya entiendo es por Frank ¿no es así?
-
Claro
que no te equivocas - dijo incomoda
-
Entonces
no entiendo he tratado de ser paciente de llevar las cosas poco a poco pero
creo que Frank es más astuto
-
Entiende
no es como te imaginas, simplemente en estos momentos yo no puedo querer a
nadie - en ese momento Candy estaba a punto de romper en llanto, se sentó y
continuo hablando - no estoy preparada para otra relación aun me siento muy herida,
solo quiero que me entiendas que no iniciare ningún tipo de relación con nadie.
-
Candy –
se acerco a ella y la tomo de las manos - no sabía que sufrías, perdóname pero
es que me sentí muy frustrado con tu rechazo, además te he visto con Frank y
siento celos de que siempre están juntos.
-
No
John, es solo que ustedes son muy diferentes, si con mi actitud he dado pie a
que se distancien te pido disculpas, lo hice sin pensar.
-
Me
siento como un patán no debí hablarte así, perdóname tu a mí, solo quiero pedirte
que si un día necesitas alguien con quien hablar no olvides que aquí estaré
para ti.
-
Gracias,
ahora terminemos hay mucho trabajo
-
Tienes
razón
Nuevamente tomaron
sus asientos cada uno y continuaron comiendo y charlando. Ese día Candy termino
más tarde sus labores ya que el número de soldados que ingresaba era muy alto,
por su parte John se sentía confundido con la confesion de Candy, sería
cuestión de tiempo para hacer que la chica se sintiera en confianza con él y
así seguir tratando de conquistarla.
Pronto se llego el día en que pedirían formalmente la
mano de Annie, la tía abuela no había reparado en gastos para que todo saliera
a la perfección, mesas llenas de finos bocadillos de salmón, cangrejo y el
mejor vino para sus invitados, al anochecer la casa de los Andley estaba llena
habían invitado a las familias más renombradas de Chicago, a los inversionistas
del banco y algunos amigos cercanos a la familia, Candy, Paty y Annie estaban
en su habitación terminando de dar los últimos toques a su arreglo.
-
Annie ¿estás
nerviosa?- pregunta Candy
-
Si un
poco no te lo puedo negar no sé cómo le hacen las mujeres para soportar todo
esto - dijo sonriendo
-
Y dime
Annie ya ¿has platicado con tu mamá sobre lo que pasara en tu noche de bodas?-
pregunto con curiosidad la rubia
-
Pero
Candy como le preguntas eso - dice Paty sorprendida
-
No creo
que tenga nada de malo, además tiene que saber algo si no entonces ¿qué va a
pasar con ustedes esa noche?
Annie abre mucho los ojos un poco asustada - es que mi
madre no me ha dicho nada solo que él sabrá que hacer esa noche
-
Pero y
¿si no sabe qué hacer?- pregunta la rubia - me han dicho que es doloroso
-
Candy
no deberíamos hablar de estas cosas - dice Paty
-
La
verdad es que no se mucho de esto, y no tengo mucho a quien preguntar - dice
apenada Annie
-
Bueno
no te preocupes, Archie es un caballero y te tratara delicadamente veras que
todo saldrá muy bien-dice Candy
-
Si eso
es lo que pienso yo también - suspira aliviada
-
Bien
chicas mejor bajemos - dice Paty
Todas salen y se reúnen en el gran salón Paty y Candy lucían
muy hermosas habían optado por usar vestidos sencillos y discretos y para Annie
habían elegido un hermoso vestido en color purpura de seda con un hermoso
collar de diamantes y un broche que recogía su cabello dejando caer un poco a
su espalda, la chica lucia deslumbrante y muy feliz por el acontecimiento,
cuando por fin son cerca de las 8 de la noche la tia abuela pide silencio para
anunciar las tan ansiadas palabras.
-
Bien
quiero darles las gracias por acompañarnos a tan importante ceremonia - dice la
anciana mirando hacia todos los presentes - esta noche es muy especial mi único
nieto a quien amo y admiro formaliza su compromiso con la Srita. Annie Britter -
todos aplauden ante la noticia ya esperada - la boda se celebrara la última
semana de Enero - un murmullo se escucho en el salón sin embargo empezaron a
aplaudir nuevamente
-
Alcemos
las copas para brindar por la felicidad de la pareja - dice Albert tomando la
palabra
La música comenzó a sonar Archie y Annie abrieron el
baile ante la mirada de todos los invitados.
Albert invito a Candy a bailar uniéndose a la feliz
pareja, era inevitable que la gente no murmurara al ver a ambos jóvenes juntos,
afuera de la gran mansión parado frente al ventanal se encontraba un caballero
de cabello castaño observando a la rubia como se dejaba llevar por la música y
recargada en el pecho de Albert sonreía y platicaba mirándolo con admiración y
cariño, los ojos color zafiro del caballero que los miraba estaban oscuros y
envueltos por una nube de celos que ensombrecía su mirada, apretó sus puños y
abandono aquel lugar, esa misma noche tomo el tren que lo regresaría a Nueva
York.
Al termino de la fiesta y al quedar unos pocos invitados
en el salón Candy ayudo a la tía abuela a subir a su habitación, dentro ayudo a
meterse en la cama la rubia estaba muy contenta y no dudo en agradecer por el
gesto que había tenido con los Britter- Abuela porque no me dijeron nada sobre
el asunto con los Britter
-
Hija tú
tienes tus propios asuntos además Albert y yo lo resolvimos convenientemente
-
No cabe
duda que usted es una persona muy generosa ahora entiendo porque Albert es así-
sonríe
-
Ho no,
lo que pasa es que no me gustaría cometer el mismo error que cometieron con…. –
un oscuro recuerdo cruzo por su mente - Bueno es que quiero ver feliz a mi
nieto - le sonríe
-
Gracias
abuela ahora descanse, se lo merece la fiesta quedo muy hermosa
-
Hasta
mañana Candy, tú también descansa
Candy se retiro a su habitación contenta por los pequeños
logros que tenia con la tía abuela, sonreía al saber que su amiga y hermana
pronto se casaría y se ruborizaba al pensar en la plática que había tenido con
Annie, después de todo ella tampoco sabía nada del tema.
Al día siguiente Terry bajaba del tren con su semblante
cabizbajo, lamentándose de la mala idea que tuvo al ir a buscar a Candy,
recordaba su sonrisa dedicada únicamente a Albert, sentía celos no podía
negarlo y no podía hacer mucho para cambiar su situación, al llegar a su
departamento tomo un rápido baño y salió a visitar a su madre
-
Buenas
tardes joven - saluda el ama de llaves - pase
-
Buenas
tardes Emily, ¿está la señora?
-
Salió a
hacer unas compras no debe tardar en volver
-
La
esperare en la sala de estar - indico el ingles
-
Le
ofrezco algo joven
-
No
gracias
El inglés instintivamente al ver el piano no dudo en tocar
un poco, sus dedos comenzaron a deslizarse hábilmente hundiéndose en el piano
entonando una melodía que plasmaba su sentir en ese momento.
Eleanor estaba en el umbral de la puerta escuchando la
melodía, al terminar llego y rodeo con sus brazos al inglés recargando su
cabeza en sus hombros sabiendo que algo le pasaba - hijo porque tocaste esa
pieza
-
Madre -
el correspondió recargando también su cabeza en la de ella - fui a Chicago -
dice sin rodeos
-
¿Cuándo?
- pregunta sentándose a su lado
-
El
viernes - contesto secamente
-
¿Y? - pregunto nerviosa
Se encoge de hombros - la vi atraves de una ventana, había
una fiesta y bailaba con Albert, sonreía y se le veía feliz
-
Hijo
era una fiesta que querías, que estuviera con su cara larga - le dice confortándolo
un poco
-
No lo
sé, ya no quiero hablar del tema
-
Está
bien, pasemos al comedor la mesa esta puesta
Durante la comida el inglés permaneció muy callado, por
la tarde iría a visitar a Susana, dado que había estado ausente casi dos días
no quería que lo incomodara con interrogatorios absurdos, pasaron los días y
recobro su ritmo de vida habitual.
Una noche mientras miraba caer la nieve atraves de la
ventana recordó aquel día en que se separo de la única mujer que había amado en
su vida, no podía evitar llorar al recordar cada detalle de ese día desde que
la encontró en la azotea del Hospital y hasta su despedida en las escaleras de
aquel lugar, se sentía culpable y a la vez sentía coraje y rabia, llevaba un
rato bebiendo y su amargura lo hacía pensar cosas y se llenaba de ideas falsas
y pensaba para sí- porque Candy porque tomaste esa decisión sin tener en cuenta
lo que yo quería, y porque no pude hacer nada para detenerte maldición- arranco
las cortinas de aquel ventanal en un movimiento, en ese momento tiro un
periódico que estaba sobre una mesita cerca de la ventana dejando a la vista
una foto de Albert con Candy que al pie decía ‘’ El magnate de los negocios el Sr. William Albert Andley se ha visto
acompañado de la hermosa rubia hija adoptiva de la familia Andley y al parecer
la joven se le ve muy contenta en compañía del Sr. Andley luciendo las costosas
joyas obsequios de su tutor ,¿acaso habrá un posible romance entre la pareja?
‘’ Terry tomo el periódico mirando perplejo la foto, Candy lucia hermosa y
la foto había sido tomada en un momento que Albert le tomaba el rostro haciendo
parecer que eran algo más que amigos –así que Albert el tío abuelo William –
mascullo - vaya no pierden el tiempo y yo aquí como idiota atormentado por los
recuerdos, si querías que me alejara de ti lo hubieras dicho Candy! - grito con
dolor aventando el periódico, cayó al piso y estuvo un momento con la mirada
perdida, un momento después se puso de pie con su mirada llena de rencor – juro
que hare lo imposible por olvidarte Candy, jamás te buscare ni te molestare,
solo espero que sean muy felices, yo también buscare mi felicidad - dicho esto
se fue directamente a su habitación, había tomado una decisión aunque dolorosa
pero para él pero estaba lleno de celos.
Olas gigantes que os
rompéis bramando
En las playas desiertas y remotas,
Envuelto entre la sábana de espumas,
¡Llevadme con vosotras!
Ráfagas de huracán que arrebatáis
Del alto bosque las marchitas hojas,
Arrastrado en el ciego torbellino
¡Llevadme con vosotras!
Nubes de tempestad que rompe el rayo
Y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
Arrebatado entre la niebla oscura
¡Llevadme con vosotras!
Llevadme por piedad adonde el vértigo
Con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
Con mi dolor a solas!
En las playas desiertas y remotas,
Envuelto entre la sábana de espumas,
¡Llevadme con vosotras!
Ráfagas de huracán que arrebatáis
Del alto bosque las marchitas hojas,
Arrastrado en el ciego torbellino
¡Llevadme con vosotras!
Nubes de tempestad que rompe el rayo
Y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
Arrebatado entre la niebla oscura
¡Llevadme con vosotras!
Llevadme por piedad adonde el vértigo
Con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
Con mi dolor a solas!
Gustavo Adolfo Bécquer
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