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martes, 3 de julio de 2018

CAPITULO 7


Acontecimientos que dan felicidad y tristeza
Durante el fin de semana Candy estuvo pensando en la propuesta de Frank, el Domingo George paso por Candy para llevarla a la mansión a comer con la familia, donde ya la esperaba Albert.
-          Hola Candy, es un gusto que nos puedas visitar- dijo el rubio- ven tengo algo para ti pasemos al estudio
-          Albert pero no te hubieras molestado – dice la joven apenada
-          No para nada no es ninguna molestia, además te servirá mucho en este invierno.

Al entrar al estudio ve una caja envuelta con un gran moño, Candy toma la caja y lo desenvuelve ansiosa, dentro de la caja se encontraba una hermosa estola de pieles en color marfil.

-          Albert es hermosa – expresando asombro al ver la hermosa pieza que tocaban sus manos
-          No tan hermosa como tu pequeña – dice regalándole una sonrisa
-          Gracias – lo abrazo
-          Me gustaría que la uses en la fiesta de Navidad que te parece
-          Claro que si, a propósito ya tenemos que trabajar con los preparativos
-          No te preocupes tu déjalo en mis manos, Paty me está ayudando con eso,  además con tu trabajo no creo que tengas cabeza para planear nada.
-          Tengo las tardes libres puedo hacer algunos adornos - agregó
-          Pues conociéndote creo que no podre persuadirte de lo contrario, solo espero que ese día si te lo den en el hospital
-          Si trabajaré duro  para poder descansar esos días.
-          Que bueno me alegra saber que estarás aquí con la familia
-          Albert - dijo pensativa - paso algo
-          Si dime ¿tienes algún problema?,¿ necesitas dinero? dime lo que sea – dice preocupado
-          Ho no es nada de eso, conocí a alguien en el Hospital se llama Frank es muy buen amigo mío, sabes tiene mucho parecido con Anthony, ama las rosas también y es muy noble de corazón.
-          Ah bueno me asuste de pronto, ¿y trabajan juntos entonces?
-          Bueno el es Cirujano y muy bueno y yo apenas estoy estudiando
-          Veras que pronto serás muy buena cirujana también
-          El asunto Albert es que me invito a un viaje de trabajo en Nueva York
Albert se quedo mudo por un momento al saber de lo que se trataba – ¿Y qué has pensado? – pregunto un poco temeroso
-          Una parte de mi si quiere ir, pero me da miedo el hecho de pensar que pueda toparme con él ¿si me entiendes?
-          Si perfectamente, pero tu vida no puede girar en torno a una persona Candy, no debes de dejar de hacer lo que quieres solo por miedo, ¿tú me entiendes? – poniéndose de frente a Candy
-          Lo sé y lo entiendo, entonces voy a ir, dejare atrás mis miedos de una vez por todas y me dedicare a mi trabajo.
-          Así está mejor, ten fe Dios nos lleva siempre por buen camino si nos encomendamos a él.
-          Tienes razón, gracias necesitaba escucharlo de ti.
-          Y dime cuando será ese viaje y donde se hospedarian – pregunto con curiosidad
-          Hasta Febrero – indica la joven – sobre el hospedaje no me habia puesto a pensar en eso – se encoje de hombros
-          No te preocupes yo me puedo encargar de eso, pero si me gustaria conocer a Frank antes que te marches aun si dices que es buen amigo tuyo necesito estar seguro que estaras bien – dice con seriedad
-          Claro que si, en cuanto haya tiempo lo invitare a la mansión – le indica la rubia
-          Me parece muy bien pequeña, solo quiero estar seguro si me entiendes
-          Claro que si Albert - sonrie
-          Ahora vamos nos esperan en el comedor – le invita Albert
Ambos caminaron hasta el comedor donde ya estaban todos esperándolos para empezar a comer, durante la comida platicaron de los preparativos de la fiesta, aunque la tía abuela no se sentía del todo contenta con la idea trato de ver el lado positivo a las cosas, después de comer tomaron asiento en la amplia sala adornada con un hermoso piano blanco de una ala y Annie toco una hermosa pieza de Franz Liszt.
Al término de la cena Archie tomo la palabra y armándose de valor anuncio el compromiso de él con Annie algo que sin duda Candy y Paty no se esperaban, sin embargo la tia abuela y Albert ya lo sabían y dieron todo su consentimiento para dicho compromiso.
-          Wow no me lo esperaba - dijo Candy levantándose a felicitar a la pareja - pero no habían dicho nada
-          Bueno fue algo inesperado - se excuso Archie
Todos felicitaron a la pareja, darían una cena compromiso en 15 dias y la boda se celebraría a finales de Enero, algo mas que precipitado lo que dio a Candy ciertas sospechas sin embargo tenia que esperar el momento oportuno para interrogar a su amiga, todos empezaban a retirarse a sus habitaciones, Albert se quedo un momento con Paty, necesitaba revisar algunos asuntos del Orfanato y además veía a Paty demasiado metida en el trabajo y sentía que necesitaba distraerse más.
-          Aquí tengo el expediente de los niños que están en proceso de adopción - dijo Paty - y también tengo la lista de calificaciones como me lo había pedido Sr. Andley
-          Paty no me digas Sr. Andley – sonrió el rubio
-          Está bien Sr. Albert
-          Dime Albert - la miro a los ojos - me haces sentir muy viejo y no lo soy
-          Está bien Albert, pero es que es un Andley como hablarle de tu
-          En qué quedamos Paty - la mira desafiante
-          Lo siento Albert - dijo sonrojándose
-          Y los preparativos de la fiesta ¿cómo van? – preguntó el rubio
-          Todo listo, George me ha estado ayudando mucho, tengo contratados a los músicos, los platillos los estuve viendo con Doroty y solo faltarían algunos regalos para los niños, Candy me entrego los que trajeron,  el árbol lo donara el Sr. Carthright
-          Entonces le diré a George que te lleve a comprar los regalos, ha y otra cosa - dijo mirando a la joven
-          Que pasa ¿falta algo? - preguntó Paty
-          Si, también le pediré que te lleve a una tienda para que te compres un vestido, zapatillas y lo que te haga falta
-          Pero yo tengo vestidos Albert - dijo de inmediato - no necesito otros
-          Nada de peros, ese será mi regalo para ti - dijo firmemente
-          Pero es que me apena - dijo angustiada
-          Paty - le tomo su mano - te he visto trabajar muy duro en el Orfanato, se que te gusta pero debes también distraerte y pensar en ti, eres una chica muy joven y muy bonita.
-          Está bien – sonrió - a veces no me doy cuenta de que la vida se está pasando
-          Eso me sospeche - dijo el rubio - acompaña a Candy y sus amigos a salir, veras que te distraerás.
-          Si lo hare - se puso de pie - muchas gracias, eres muy buena persona, pero a veces pienso que te quedas sin los consejos
-          Porque lo dices - dijo sorprendido
-          Te la vives encerrado en este estudio o en la oficina, pocas veces te veo divertirte
-          Es diferente - trato de excusarse - soy la cabeza de la familia
-          Pero también tienes que vivir, eres un hombre joven y buen mozo - al decir esto se sonrojo la joven - pero pasas mucho tiempo trabajando
-          No me había dado cuenta - sonrió
-          Debes pensar en ti - camino hacia la puerta - es tarde me retiro, que descanses
-          Hasta mañana y gracias.

Albert se quedo pensando en las palabras de Paty, tenía razón en lo que le decía, pero era un solitario, disfrutaba de la naturaleza, como encontrar otro tipo de diversión, se propuso mirar más a su alrededor y relajarse un poco del trabajo, la fiesta sería un buen momento para comenzar a disfrutar más de la vida. Luego tras revisar los documentos que le dejo Paty se retiro a descansar.

Mientras Candy  interrogaba a Annie en su habitación sabia que algo mas estaba sucediendo - Te aseguro que no es lo que piensas - dijo Annie firmemente

-          Pero es que es demasiado rápido - seguia insistiendo
-          Te lo voy a contar es un poco penoso para mi pero ha sido muy generoso por parte de los Andley
-          Esta bien te escucho y te aseguro que no dire nada - dice tratando de animarle a decirle
-          Hace tiempo la situación económica de mi padre no ha sido muy buena, iban a liquidar las acciones que tenia en el banco para que se retirara, sin embargo Albert y la tia abuela abogaron por el ante el consejo y aceptaron las condiciones y una de ellas es el matrimonio de Archie conmigo y bueno tras la ayuda económica de Albert mi padre logro permanecer en su puesto - dijo algo apenada
-          Pero Annie no te sientas avergonzada, no cabe duda que Albert es una persona muy generosa y bueno la Tia abuela jamás la entenderé pero es buena en el fondo.
-          Si- dice un poco triste- me hubiese gustado casarme de una manera no tan presurosa pero igual será el dia mas feliz de mi vida
-          Por supuesto y mas si tu y Archie se aman - dijo dándole un abrazo

Candy se despidió de su amiga y se retiro a su habitación, se sentía contenta aunque la boda era muy precipitada tenia un presentimiento de que sus amigos serian muy felices, lo que mas se le hacia raro era la actitud de la Tia abuela sabia que en el fondo tenia un buen corazón y que por algún motivo se escondia bajo una coraza de mujer fría y sin sentimientos.

La primer semana de Noviembre estaba por comenzar, a la mañana siguiente el chofer dejo a Candy en el Hospital, la primer nevada del invierno empezaba a caer, poco a poco durante esa mañana la ciudad se cubrió de un manto blanco, al salir de una de las salas de recuperación Candy se topo con Frank quien venía de la oficina del Dr. Lewis.
-          Hola Candy ¿que tal tu fin de semana? – pregunto con interes
-          Hola, muy bien la pase con la familia y ¿tú qué hiciste?
-          La pase aquí en el hospital, el sábado llego un tren con heridos de Philadelphia, allá los hospitales están llenos tanto en Washington como en New York, así que están enviando trenes a distintas partes del país.
-          ¡Ho Dios mío! – expreso la rubia en un gesto de preocupación – ¿porqué no me avisaron?  me hubiera quedado a ayudar.
-          Afortunadamente si hubo personal suficiente para atenderlos, sin embargo hay algo más que me preocupa.
-          Que pasa dime
-          Están solicitando voluntarios para viajar a Francia, hacen falta enfermeras y doctores.
-          ¿Y piensas viajar? -  pregunto angustiada por la noticia
-          Por el momento no puedo recuerdas que voy a operar a Nueva York
-          ¿Por el momento?  ¿Quieres decir que lo estas considerando?
-          Si de hecho si, en cuanto pueda iré ¿y tu iras? – pregunto titubeante
-          ¿A Francia? – pregunto Candy con nostalgia
-          No es obligatorio ir, de cualquier forma aquí están llegando heridos, además una parte de voluntarios se quedara en Nueva York, Philadelphia y Washington, y también mandaran gente a Florida.
-          No lo digo por qué no quiera ir o algo así – dijo recordando a Flammy – claro que me apuntare para ir
-          Candy – le tomo la mano – no es necesario que vayas a Francia, si algo te pasa no me lo perdonaría jamás
-          Descuida – le dijo dulcemente - nada me pasara prometo cuidarme, pero ¿cuándo será el viaje?
-          Mira, quiero hacerte una petición – dice mirandola fijamente
-          Si claro en lo que pueda ayudarte, dime
-          Te propongo que vengas conmigo a Nueva York y mientras atiendo al paciente tú estas como voluntaria, después viajaremos juntos a Francia, ¿qué te parece?
-          Bueno – dijo un tanto pensativa - de hecho ya lo había platicado con Albert y decidí que si iba ir, pero cuando me entere de lo de Francia pensé que deberíamos salir antes.
-          No , preferiría que viajemos juntos, no me gustaría que fueras aparte – le dijo mirándola a los ojos
Candy un poco nerviosa esquivo la mirada y tomo un poco de aire – está bien iré contigo a Nueva York
-          Gracias – Frank le tomo la mano y deposito un profundo beso, gesto que ruborizo a la chica.
-          Bien pues me tengo que retirar – seguía nerviosa – nos vemos.
-          Te acompaño tengo que hacer algunas rondas.

Ambos jóvenes salieron del consultorio, caminaron juntos por los pasillos donde cada uno tomo su camino, durante ese día Candy se sentía un poco en las nubes, tarareaba de vez en cuando alguna canción, y se mostraba una mueca que parecía una sonrisa en su rostro.

En esas semanas pocas veces había platicado con Sara, sin embargo su amiga empezaba a comprender lo que estaba pasando, pero John no se rendía en su intento por conquistar a Candy, no podía permitir que Frank tuviera toda su atención, así que empezó a toparse con ella intencionalmente, hasta que ella acepto una de sus invitaciones a comer. Candy estaba terminando de suturar la herida de uno de sus pacientes cuando John llegaba en su busca.

-          ¿Terminaste Candy? -  pregunto desde la puerta
-          Si solo termino el vendaje - después de unos minutos salió con John hacia la cafetería
-          ¿Has tenido mucho trabajo? casi no te he visto por los pasillos
-          Si con los soldados que han estado llegando casi no salgo de la sala de urgencias
-          Tienes razón parece que la guerra no tiene fin, ¿cuándo terminara todo esto?
-          Roguemos a Dios que pronto – dijo la rubia con esperanza
-          ¿Y ya sabes que pidieron voluntarios para ir a Francia?
-          Si me dijo Frank hace algunos días
-          Ho ya veo…- dijo un tanto serio - ¿han estado viéndose tu y Frank?
-          Solo cuando nos encontramos aquí en el hospital
-          Entiendo, um y ¿piensas ir a Francia?
-          Si pero hasta Febrero y ¿tu?
-          Tal vez, mm no lo se,  pero ¿porque hasta Febrero? – pregunto con curiosidad
-          Bueno es que voy a viajar a Nueva York, Frank me propuso que le ayudara en una cirugía y después viajaremos juntos a Francia.
-          Vaya así que ya lo tienen todo planeado – lo dijo en un tono irónico
-          No veo porque lo digas de esa manera, acepte porque… - un tanto nerviosa - porque me lo pidió como un favor especial
-          Si me imagino que no dudaste en aceptar – dijo molesto
-          Sabes John no tengo porqué darte explicaciones de lo que haga o deje de hacer – diciendo esto último tomo su charola y tomo asiento dejando atrás a John
-          Si tienes razón – John se apresuro para alcanzarla – he sido un imprudente discúlpame, pero es que… - en ese momento torno su voz seria en un intento de llamar la atención de la chica.
-          ¿Pasa algo John?, te has quedado callado
-          Voy a ser muy sincero contigo, solo espero no incomodarte – tomándola de la mano, situación que puso nerviosa a Candy.
Candy retira su mano diciendo – John ¿qué pasa? me pones nerviosa
-          No voy a andarte con rodeos Candy, desde que te conocí sentí una gran atracción hacia ti y durante todo este tiempo me he dado cuenta de que – en ese momento Candy se pone de pie diciendo - Detente por favor no sigas hablando - la chica se veía muy perturbada y asustada
-          Pero que pasa Candy estoy tratando de expresar mis sentimientos – también se pone de pie visiblemente molesto – ho si ya entiendo es por Frank ¿no es así?
-          Claro que no te equivocas - dijo incomoda
-          Entonces no entiendo he tratado de ser paciente de llevar las cosas poco a poco pero creo que Frank es más astuto
-          Entiende no es como te imaginas, simplemente en estos momentos yo no puedo querer a nadie - en ese momento Candy estaba a punto de romper en llanto, se sentó y continuo hablando - no estoy preparada para otra relación aun me siento muy herida, solo quiero que me entiendas que no iniciare ningún tipo de relación con nadie.
-          Candy – se acerco a ella y la tomo de las manos - no sabía que sufrías, perdóname pero es que me sentí muy frustrado con tu rechazo, además te he visto con Frank y siento celos de que siempre están juntos.
-          No John, es solo que ustedes son muy diferentes, si con mi actitud he dado pie a que se distancien te pido disculpas, lo hice sin pensar.
-          Me siento como un patán no debí hablarte así, perdóname tu a mí, solo quiero pedirte que si un día necesitas alguien con quien hablar no olvides que aquí estaré para ti.
-          Gracias, ahora terminemos hay mucho trabajo
-          Tienes razón

 Nuevamente tomaron sus asientos cada uno y continuaron comiendo y charlando. Ese día Candy termino más tarde sus labores ya que el número de soldados que ingresaba era muy alto, por su parte John se sentía confundido con la confesion de Candy, sería cuestión de tiempo para hacer que la chica se sintiera en confianza con él y así seguir tratando de conquistarla.

Pronto se llego el día en que pedirían formalmente la mano de Annie, la tía abuela no había reparado en gastos para que todo saliera a la perfección, mesas llenas de finos bocadillos de salmón, cangrejo y el mejor vino para sus invitados, al anochecer la casa de los Andley estaba llena habían invitado a las familias más renombradas de Chicago, a los inversionistas del banco y algunos amigos cercanos a la familia, Candy, Paty y Annie estaban en su habitación terminando de dar los últimos toques a su arreglo.

-          Annie ¿estás nerviosa?- pregunta Candy
-          Si un poco no te lo puedo negar no sé cómo le hacen las mujeres para soportar todo esto - dijo sonriendo
-          Y dime Annie ya ¿has platicado con tu mamá sobre lo que pasara en tu noche de bodas?- pregunto con curiosidad la rubia
-          Pero Candy como le preguntas eso - dice Paty sorprendida
-          No creo que tenga nada de malo, además tiene que saber algo si no entonces ¿qué va a pasar con ustedes esa noche?
Annie abre mucho los ojos un poco asustada - es que mi madre no me ha dicho nada solo que él sabrá que hacer esa noche
-          Pero y ¿si no sabe qué hacer?- pregunta la rubia - me han dicho que es doloroso
-          Candy no deberíamos hablar de estas cosas - dice Paty
-          La verdad es que no se mucho de esto, y no tengo mucho a quien preguntar - dice apenada Annie
-          Bueno no te preocupes, Archie es un caballero y te tratara delicadamente veras que todo saldrá muy bien-dice Candy
-          Si eso es lo que pienso yo también - suspira aliviada
-          Bien chicas mejor bajemos - dice Paty

Todas salen y se reúnen en el gran salón Paty y Candy lucían muy hermosas habían optado por usar vestidos sencillos y discretos y para Annie habían elegido un hermoso vestido en color purpura de seda con un hermoso collar de diamantes y un broche que recogía su cabello dejando caer un poco a su espalda, la chica lucia deslumbrante y muy feliz por el acontecimiento, cuando por fin son cerca de las 8 de la noche la tia abuela pide silencio para anunciar las tan ansiadas palabras.

-          Bien quiero darles las gracias por acompañarnos a tan importante ceremonia - dice la anciana mirando hacia todos los presentes - esta noche es muy especial mi único nieto a quien amo y admiro formaliza su compromiso con la Srita. Annie Britter - todos aplauden ante la noticia ya esperada - la boda se celebrara la última semana de Enero - un murmullo se escucho en el salón sin embargo empezaron a aplaudir nuevamente
-          Alcemos las copas para brindar por la felicidad de la pareja - dice Albert tomando la palabra

La música comenzó a sonar Archie y Annie abrieron el baile ante la mirada de todos los invitados.


Albert invito a Candy a bailar uniéndose a la feliz pareja, era inevitable que la gente no murmurara al ver a ambos jóvenes juntos, afuera de la gran mansión parado frente al ventanal se encontraba un caballero de cabello castaño observando a la rubia como se dejaba llevar por la música y recargada en el pecho de Albert sonreía y platicaba mirándolo con admiración y cariño, los ojos color zafiro del caballero que los miraba estaban oscuros y envueltos por una nube de celos que ensombrecía su mirada, apretó sus puños y abandono aquel lugar, esa misma noche tomo el tren que lo regresaría a Nueva York.

Al termino de la fiesta y al quedar unos pocos invitados en el salón Candy ayudo a la tía abuela a subir a su habitación, dentro ayudo a meterse en la cama la rubia estaba muy contenta y no dudo en agradecer por el gesto que había tenido con los Britter- Abuela porque no me dijeron nada sobre el asunto con los Britter

-          Hija tú tienes tus propios asuntos además Albert y yo lo resolvimos convenientemente
-          No cabe duda que usted es una persona muy generosa ahora entiendo porque Albert es así- sonríe
-          Ho no, lo que pasa es que no me gustaría cometer el mismo error que cometieron con…. – un oscuro recuerdo cruzo por su mente - Bueno es que quiero ver feliz a mi nieto - le sonríe
-          Gracias abuela ahora descanse, se lo merece la fiesta quedo muy hermosa
-          Hasta mañana Candy, tú también descansa

Candy se retiro a su habitación contenta por los pequeños logros que tenia con la tía abuela, sonreía al saber que su amiga y hermana pronto se casaría y se ruborizaba al pensar en la plática que había tenido con Annie, después de todo ella tampoco sabía nada del tema.

Al día siguiente Terry bajaba del tren con su semblante cabizbajo, lamentándose de la mala idea que tuvo al ir a buscar a Candy, recordaba su sonrisa dedicada únicamente a Albert, sentía celos no podía negarlo y no podía hacer mucho para cambiar su situación, al llegar a su departamento tomo un rápido baño y salió a visitar a su madre

-          Buenas tardes joven - saluda el ama de llaves - pase
-          Buenas tardes Emily, ¿está la señora?
-          Salió a hacer unas compras no debe tardar en volver
-          La esperare en la sala de estar - indico el ingles
-          Le ofrezco algo joven
-          No gracias

El inglés instintivamente al ver el piano no dudo en tocar un poco, sus dedos comenzaron a deslizarse hábilmente hundiéndose en el piano entonando una melodía que plasmaba su sentir en ese momento.


Eleanor estaba en el umbral de la puerta escuchando la melodía, al terminar llego y rodeo con sus brazos al inglés recargando su cabeza en sus hombros sabiendo que algo le pasaba - hijo porque tocaste esa pieza

-          Madre - el correspondió recargando también su cabeza en la de ella - fui a Chicago - dice sin rodeos
-          ¿Cuándo? -  pregunta sentándose a su lado
-          El viernes - contesto secamente
-          ¿Y? -  pregunto nerviosa
Se encoge de hombros - la vi atraves de una ventana, había una fiesta y bailaba con Albert, sonreía y se le veía feliz
-          Hijo era una fiesta que querías, que estuviera con su cara larga - le dice confortándolo un poco
-          No lo sé, ya no quiero hablar del tema
-          Está bien, pasemos al comedor la mesa esta puesta

Durante la comida el inglés permaneció muy callado, por la tarde iría a visitar a Susana, dado que había estado ausente casi dos días no quería que lo incomodara con interrogatorios absurdos, pasaron los días y recobro su ritmo de vida habitual.

Una noche mientras miraba caer la nieve atraves de la ventana recordó aquel día en que se separo de la única mujer que había amado en su vida, no podía evitar llorar al recordar cada detalle de ese día desde que la encontró en la azotea del Hospital y hasta su despedida en las escaleras de aquel lugar, se sentía culpable y a la vez sentía coraje y rabia, llevaba un rato bebiendo y su amargura lo hacía pensar cosas y se llenaba de ideas falsas y pensaba para sí- porque Candy porque tomaste esa decisión sin tener en cuenta lo que yo quería, y porque no pude hacer nada para detenerte maldición- arranco las cortinas de aquel ventanal en un movimiento, en ese momento tiro un periódico que estaba sobre una mesita cerca de la ventana dejando a la vista una foto de Albert con Candy que al pie decía ‘’ El magnate de los negocios el Sr. William Albert Andley se ha visto acompañado de la hermosa rubia hija adoptiva de la familia Andley y al parecer la joven se le ve muy contenta en compañía del Sr. Andley luciendo las costosas joyas obsequios de su tutor ,¿acaso habrá un posible romance entre la pareja? ‘’ Terry tomo el periódico mirando perplejo la foto, Candy lucia hermosa y la foto había sido tomada en un momento que Albert le tomaba el rostro haciendo parecer que eran algo más que amigos –así que Albert el tío abuelo William – mascullo - vaya no pierden el tiempo y yo aquí como idiota atormentado por los recuerdos, si querías que me alejara de ti lo hubieras dicho Candy! - grito con dolor aventando el periódico, cayó al piso y estuvo un momento con la mirada perdida, un momento después se puso de pie con su mirada llena de rencor – juro que hare lo imposible por olvidarte Candy, jamás te buscare ni te molestare, solo espero que sean muy felices, yo también buscare mi felicidad - dicho esto se fue directamente a su habitación, había tomado una decisión aunque dolorosa pero para él pero estaba lleno de celos.



Olas gigantes que os rompéis bramando
En las playas desiertas y remotas,
Envuelto entre la sábana de espumas,
¡Llevadme con vosotras!

Ráfagas de huracán que arrebatáis
Del alto bosque las marchitas hojas,
Arrastrado en el ciego torbellino
¡Llevadme con vosotras!

Nubes de tempestad que rompe el rayo
Y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
Arrebatado entre la niebla oscura
¡Llevadme con vosotras!

Llevadme por piedad adonde el vértigo
Con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
Con mi dolor a solas!
Gustavo Adolfo Bécquer


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