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lunes, 30 de julio de 2018

CAPITULO 10


Un encuentro que reconforta a Terry

En Nueva York Terry se encontraba encerrado en su camerino a altas horas de la noche, el velador se sentía inquieto porque tenía desde medio día sin salir y no sabía si tocarle ya que sabia del mal humor que se encontraba diariamente, poco después de la media noche salió y manejo en su coche a toda velocidad, llego a su departamento, al entrar había una joven dama en la recepción, le llamo la atención  que una mujer estuviera a altas horas de la noche rentando un departamento, sostenía una fuerte discusión con el encargado.

-          Le digo que le pagare por adelantado las rentas, pero por favor necesito hoy mismo el departamento
-          Ya le dije que en este momento no se lo puedo entregar, hacen falta más papeleo, requiero llenar el contrato y tener referencias suyas.
Terry se acerco para ver de qué se trataba
-          Si quiere le puedo pagar más alta la renta pero necesito que me lo entregue ahora mismo
-          ¿Qué pasa? – pregunto el inglés- ¿puedo ayudarle?
La joven lo miro gratamente, aun desaliñado Terry lucia bastante buen mozo- Es que no tengo donde pasar la noche y este señor se niega a darme un departamento
-          Ya le explique que las cosas no son tan fáciles, es un trámite además está sucio el único que tengo disponible
-          No importa yo me las arreglo- insistía la joven


Terry miro detenidamente a la joven, era muy hermosa, sus ropas eran elegantes por lo que supo rápidamente que era una mujer de buena posición social, su piel era blanca, ojos color miel y cabello castaño claro.
-          Y que es lo que necesita Sr. Benson, no veo el inconveniente que deje pasar la noche a la Srita. Y mañana arreglen los documentos necesarios para el alquiler.
-          Necesito un aval o una referencia y dice que no tiene ni una ni otra- replico el hombre
-          Yo seré su aval si es necesario, no ve que afuera está nevando si la hecha podría enfermar y luego sería peor- dijo molesto Terry
-          Mmm… está bien solo porque el Sr. Graham intervino- refunfuño
-          Ho, gracias no sabe lo que acaba de hacer por mi Sr. Graham, yo soy Laila Connor lamento que nos conozcamos bajo estas circunstancias pero le agradezco de todo corazón.
-          ¿Dijo Laila Connor?- pregunto con sorpresa el ingles
-          Así es, ¿le es familiar mi apellido?
-          Laila soy Terry, no recuerdas jugábamos juntos en Londres- le dice el ingles
-          Terruce Grancehster- dijo emocionada la chica- pero es que hace tanto tiempo ¿cómo es que te acuerdas?
El Sr. Benson  los interrumpió de su conversación -Acompáñenme el departamento se encuentra en el 2º piso-dijo a regañadientes
-          Permíteme- dijo Terry al tiempo que tomaba la valija que había tomado la chica- te ayudare con tu equipaje

Todos subieron al segundo piso y el Sr. Benson abrió el departamento, Terry dejo las maletas y observo el departamento que estaba algo polvoso.
-          Muchas gracias, y bien dime ¿qué haces en Nueva York?- pregunto interesada la dama
-          Hace varios años decidí venir a probar suerte, y ¿tú qué haces aquí y a estas horas?
-          Es una larguísima historia, pero vengo buscando algo
-          ¿Y tu padre como esta?
La chica se puso algo triste- hace 4 años falleció
-          Lo siento mucho no me entere- dijo un tanto apesarado
-          Fue un paro cardiaco mientras dormía, pienso que no sufrió
-          Es una pena era buen amigo de mi padre, recuerdo que jugábamos Frak, Sara, tu y yo a las escondidas y tu padre siempre buscaba los escondites más increíbles- sonrió el ingles
-          Si era muy divertido pero cuando llegaba tu papá teníamos que correr Sara y yo a escondernos para que no se diera cuenta que unas damas estaban jugando con hombres
-          ¿Y no has sabido nada de Frank y Sara?- pregunto interesada la chica
-          De hecho su padre trabaja aquí, ellos están en Chicago y Frank es un reconocido cirujano y Sara también estudio medicina
-          ¡En serio!-dijo llena de emoción- que bueno que lograron su sueño quien iba a pensar que venir a América sería lo mejor para ellos.
-          Si es lamentable las circunstancias por las que dejaron Londres, pero al parecer fue lo mejor para todos.
-          Si muy lamentable pero me alegro que la vida los haya recompensado-dijo pensativa
-          Laila… ¿sigues enamorada de Frank?-pregunto con curiosidad
-          Terry como me preguntas eso- dijo la chica ruborizada y con grandes ojos
-          Vamos no me digas que no sentías nada hacia él-la miro expectante
-          Pe..pero  ¿por qué haces esas suposiciones?

-          Yo lo sabía, Sara lo sabía, no sé si Frank lo sabia o sospechaba algo así que no te avergüences que tu secreto siempre estuvo a salvo conmigo- sonrió
-          De veras Sara lo sabia- dijo con grandes ojos- entonces Frank lo sabía también, que pena
-          No es penoso, creo que a Frank le agradabas, cuando te fuiste se le veía triste y constantemente mencionaba lo aburridos que se hacían los días sin ti
-          ¿Eso decía?-pregunto con sorpresa
-          Si algunas veces, trepaba a un árbol y ahí pasaba buen rato pensativo, después de algunos intentos por llamar su atención se rendía y saltaba corriendo a tratar de alcanzarme
-          Jajajaj- rio la chica- siempre estabas provocándonos
-          Si era mi entretenimiento- sonrió el ingles
-          ¿Y cómo diste con el Sr. Curtis?
-          Esa también es otra historia bastante larga, el está atendiendo a mi prometida
-          ¿Estás comprometido?- pregunto sorprendida
-          Así es, pero después te cuento ya es muy tarde
-          Tienes razón, creo que tenemos mucho que contarnos
-          Pues entonces te dejo si necesitas algo no dudes mi departamento está arriba puedes ir con toda confianza.
-          Muchas gracias, me dio tanto gusto que nos encontráramos- dijo la joven algo conmovida, luego se abrazaron fraternalmente
-          Nos vemos mañana entonces
-          Hasta mañana

Terry se retiro a su departamento, con un grato recuerdo de sus amigos, le parecía tan extraño que Laila hubiese llegado a esas horas de la noche buscando un departamento, tenía mucha curiosidad por saber que la había traído a Nueva York, por su parte Laila pronto dejo todo su equipaje en la entrada del departamento, fue a la habitación y sacudió bien la cama para poder dormir, antes de dormir se sentó un momento y pensó – bien ya estoy en América, mañana mismo le escribiré al Conde Rosell, espero poder encontrar lo que busco pronto- se quito una cadena con un guardapelo y dentro estaba la foto de un hombre mayor- papá prometo que terminare tu trabajo, se lo mucho que trabajaste y lo lejos que llegaste, por la amistad que los unió al Conde y a ti- lo guardo y se dispuso a dormir.

A la mañana siguiente Laila se puso de pie muy temprano, se aseo y salió a buscar algunas cosas, al regresar limpio su departamento y termino de instalarse, tomo una pequeña canasta y puso unas galletas y un poco de fruta, y salió rumbo al departamento de Terry, toco la puerta, Terry que aun seguía durmiendo se despertó con el ruido de la puerta- maldición quien puede ser a estas horas- se puso de pie y pregunto – ¿quién es? –

-          Buenos días soy Laila- respondió la joven
Terry se puso una bata rápidamente y se aliso el cabello con los dedos, luego abrió
-          Buenos días, perdón pero estaba dormido.
-          Disculpa no quise despertarte pero como ya pasan de las 9 pensé que ya estarías de pie, solo vengo a traerte esta sesta como agradecimiento por lo que hiciste anoche.
-          No debiste molestarte, lo hice con gusto- asintió el inglés- ¿gustas pasar?
-          Ho no, tengo cosas que hacer solo vine rápidamente
-          Qué te parece si tomamos un café más tarde, necesito platicar con alguien conocido
-          Es una buena idea también tengo mucho que platicarte, te parece a las 4 p.m.
-          Perfecto, yo paso por ti a esa hora
-          Entonces nos vemos luego- asintió la joven
-          Hasta pronto y gracias- dijo Terry tomando la cesta.

La joven se retiro rápidamente , llego a su departamento y nuevamente Salió hacia la calle, en busca de la familia Curtis, no le tomo mucho tiempo dar con la dirección, al llegar saludo afectuosamente a la Sra. Curtis, sin embargo el Sr.Curtis no se encontraba en casa, pasaron la mañana poniéndose al día sobre todo lo sucedido en los años que estuvo en Escocia, Londres y Australia, también le conto sobre su búsqueda y las pistas que tenia para continuar con ella, al termino se despidieron, prometiendo volver a verse.

Terry pronto se aseo y se dispuso a desayunar buscando en la cesta su contenido, sonrió al ver la fruta y las galletas, y de muy buen humor termino y también salió  rumbo a la casa de Susana para llevarla a sus terapias.

Candy desayuno en la mansión, Albert la puso al tanto de los preparativos para la fiesta Navideña, por lo que la rubia se puso contenta de saber que todo iba bien, después Albert la llevo al Hospital , notaron que había más gente de lo habitual, personas afuera esperando y gente corriendo.

-          Pareciera que algo sucedió – indico el rubio
-          Posiblemente haya llegado un tren lleno de heridos, es mejor que me apresure, será un día de mucho trabajo- dijo Candy con un gesto de preocupación.
-          Por favor cuídate pequeña, ¿te veré en la mansión hoy?
-          Me gustaría mucho ir pero tengo que asear el departamento, ya son muchos días que está solo.
-          Te entiendo, entonces cuídate por favor.
-          Claro que si nos vemos.

Candy entro a la sala de urgencias que estaba repleta de gente, todos desesperados buscando personas, otros esperando noticias. Cuando Frank vio a Candy le hablo para que le ayudara con un paciente- Candy esto es una locura, necesito que sutures y en un momento más ingresaremos a una operación.
-          Claro que si, ¿pero qué es lo que paso?- pregunto con mucha angustia
-          Se descarrilo el tren que venía con heridos y pasajeros de Philadelphia, hay muchísima gente herida
-          Santo cielo, como pudo suceder todo esto- Candy alzo los ojos y miro toda la sala llena de gente herida.
-          No lo sé pero será un día muy duro.

La joven comenzó de inmediato a atender heridos, así paso el resto del día trabajando arduamente para dar la mejor atención a los pacientes.

En Nueva York, Terry toco puntualmente a las 4 en la puerta de Laila,  ambos salieron en el coche de Terry llegando a una bonita cafetería, donde duraron horas poniéndose al día con lo que había pasado en todos los años de no verse.

-          Y bien ¿comienzas tú o yo?- pregunto el ingles
-          Yo- indico la joven tomo aire y comenzó- después que tu entraste en el Colegio San Pablo mi padre me envió a Autralia a un colegio de señoritas hasta cumplir los 18 años luego estudie leyes en Londres, cuando regrese me entere que tanto tu como Frank y Sara se habían ido de Londres, continué estudiando y ayudando a mi padre en su trabajo, me involucre tanto que cuando él murió yo seguí con lo que el dejo pendiente.
-          ¿Y en que trabajaba tu padre?, recuerdo que era abogado y ayudaba a mucha gente con sus asuntos para darles mejores condiciones de vida.
-          Asi es Terry- asintió la joven- el era abogado y fue contratado por el Conde Rosell no se si lo hayas conocido
-          Mmmm…. El tuvo un problema muy grave con el parlamento , creo que hasta fue acusado de conspiración para matar al rey y también estuvo involucrado el Sr. Curtis
-          Si mi padre llevo su caso y demostró su inocencia, luego el conde lo contrato como investigador para buscar a su hija
-          ¿Pero tiene una hija y un hijo no?
-          Así es, pero tuvieron una hija mayor, cuando lo exiliaron a Australia la esposa se fue también con él, ella se perdió en el bosque y encontró un refugio pero no tenia alimento, la niña estaba muy pequeña y ella la alimentaba, un día fue a buscar comida y cuando volvió ya no estaba, la busco por días y pensaron que la niña había sido devorada por algún animal, pero no pudo ser cierto ya que no encontraron rastros de sangre, la Condesa cayó en una especie de limbo, no hablaba la encontraron vagando por un camino donde la acogieron unas monjas y la atendieron, paso mucho tiempo y mi padre logro liberar al Conde de Rosell, el abuelo de Frank estuvo también muy involucrado el hizo que lo echaran pero descubrieron que el Conde de Giraldi fue el que les tendió una trampa para quedarse con el puesto del Conde de Rosell, cuando todo se arreglo y el Conde pudo volver a Londres habían pasado ya dos años, tu padre el Duque de Granchester apoyo mucho al Conde de Rosell, el arreglo todo para que le regresaran su puesto, sus propiedades y le pidieron perdón públicamente.
-          ¡Perdón!-exclamo Terry- como si así se arreglaran las cosas, perdió una hija y perdió 2 años de su vida solo perdón y ya- meneo la cabeza en señal de rechazo
-          Así es, luego la Condesa fue atendida y se fue recuperando, se embarazo y tuvo a su hijo Daniel, su vida volvió a tener sentido, pero no se resignaba a la pérdida de su hija, luego comenzaron una búsqueda, contrataron a varios detectives pero fueron puros estafadores, hasta que mi padre le ofreció que el la buscaría, pero ya habían pasado 5 años, la Condesa ya tenía a Margaret la hija menor, iba a ser difícil pero mi padre tenía mucha fe en que podría dar con la niña.
-          Y que paso entonces,
-          pues comenzó a buscar en Australia, tardo mucho tiempo en dar con pistas casi 10 años a veces pensaba que el Conde daría por terminada la búsqueda pero la Condesa sufría en silencio la ausencia de su hija mayor, por eso nunca desistieron, cuando mi padre murió había dado con una mujer, que le dijo que cerca de su casa vivió una Señora de color le conto que un día llego con una bebe rubia, lo que le llamo la atención, pero luego sobrevino la muerte de mi padre, el Conde quedo muy afectado y como yo siempre estaba con mi padre en su investigación le pedí que me diera la oportunidad
-          ¿Entonces eso es lo que haces?, eres una detective- exclamo el ingles
-          No lo sabía pensado así  pero sí, eso soy,
-          ¿Y qué paso entonces?- pregunto muy interesado
-          El Conde lo dudo pero la Condesa fue quien dio su consentimiento, así que yo regrese a Australia, busque a la mujer y me dijo que al mes de que llego con la bebe se fue del país, investigue en las listas de pasajeros de esa fecha, por fin di con el nombre de esa mujer Sofia Pater, se embarco a Nueva York, que es donde me encuentro, tengo mucho por delante pero hay algo que me dice que estoy cerca
-          Me da gusto, realmente me ha dejado sorprendido la vida del Conde Rosell-dijo pensativo
-          Es una pena su vida no ha sido fácil, su esposa es fuerte, pero sé que sufre sus ojos lo dicen, son unas personas tan generosas, de buen corazón.
-          Así que te quedaras un tiempo aquí.
-          En tanto mis investigaciones no me lleven a otro lugar si- sonrió- y dime qué hay de ti, ¿cómo conociste a tu prometida y porque la atiende el Sr. Curtis?
-          Yo he.. pues por dónde empezar, - titubeo-ella perdió una pierna al salvarme a mí de una muerte segura, desde entonces nos comprometimos.
-          A ver no entiendo- dijo la chica algo confundida- eso es todo, porque algo no me acaba de convencer y es el hecho que después que te salvo te comprometiste con ella
Terry respiro hondo- es muy larga la historia
-          Tenemos toda la tarde por delante- sonrió ella
-          Creo que eres buena como detective- sonrió- bien empezare, hace ya varios años de regreso a Londres en el Mauritania conocí a una chica, después en el colegio San Pablo la volví a ver, ella también estudiaba ahí,  en un principio todo eran peleas y enfrentamientos, pero yo solo la provocaba para poder estar cerca de ella, poco a poco se fue metiendo en mis pensamientos, en mi corazón, me enamore perdidamente de ella, pero nos tendieron una trampa, yo tuve que dejar el colegio para salvarla a ella, llegue a América y comencé a buscar trabajo como actor, mi madre me apoyo desde entonces
-          Entonces ¿tú y tu madre ya se reconciliaron?- pregunto emocionada la joven
-          Si- indico el inglés- y gracias a Candy así se llama, comencé a trabajar con el único objetivo de un día cruzar el mar y traerla conmigo, pero luego nuestros caminos se volvieron a cruzar cuando fui a Chicago allí la volví a ver, se había convertido en una hermosa enfermera
-          ¡Vaya! ¿Y qué paso?, pero haber entiendo que ¿ella no es tu prometida verdad?
-          No- dijo secamente- después de vernos empezamos a escribirnos, nos hicimos novios, luego conseguí el papel de Romeo en la obra de Romeo y Julieta, ella por su parte termino sus estudios en enfermería, yo la invite al estreno quería que se quedara conmigo aquí en Nueva York casarme con ella y formar una familia, pero ….- Terry se detuvo y tomo aire- sucedió lo del accidente, Susana interpretaría el papel de Julieta, ella estaba enamorada de mi, pero yo le dije que mi corazón ya pertenecía a alguien más, después del accidente perdió una pierna, cuando llego Candy no pude decirle lo que pasaba, pero ella se entero en el teatro, fue a verla al hospital, Susana iba a suicidarse y Candy la salvo a ella, se dio cuenta que haría cualquier locura por lo que decidió regresar a Chicago y no cruzarse más en el camino de Susana y mío.
-          No puede ser- dijo Laila indignada- ¿por qué aceptaste el compromiso? es que por lastima no se hacen las cosas.
-          Su madre me presiono y me sentía tan culpable que no tuve opción supimos que no podríamos ser felices nunca, le di mi palabra que me casaría con ella, desde entonces he estado al pendiente de su salud, hasta hace tiempo sentía dolor en las piernas, por suerte el Dr. Curtis la está atendiendo pero un riñón ya no funciona se lo van a operar, Frank será quien opere pero hasta Febrero.
-          Es sorprendente tu historia, ¿y ella? ¿has sabido de Candy?
-          Si precisamente hace poco publicaron una foto de ella con su tutor muy cariñosos, además yo mismo los vi juntos en una fiesta reían y se veían felices- lo dijo en tono irónico
-          Tu mejor que nadie sabe lo que fabrican los diarios y lo de la fiesta pues era una fiesta ¿no?, además  por lo que me has contado intuyo a Candy como una chica con un gran corazón, no cualquiera renuncia al amor de un hombre y entregárselo a otra mujer que ni siquiera lo ama, es mas creo que ni se ama a si misma
-          ¿Porque lo dices?
-          Se quiso suicidar, ¿no? Y te chantajeo con el asunto de su pierna así que alguien asi no sabe lo que es amar.
-          Te oíste como mi madre, empiezo a darles la razón
-          ¡Como!-exclamo la chica- creo que no te funciona bien el cerebro Granchester
-          Laila- sonrió el inglés- así me decías cuando te burlabas de nosotros, te aprovechabas porque eras mayor
-          No solo por eso, porque soy muy lista

Terminaron su café y regresaron al edificio eran casi las 9 de la noche, cada uno entro en su departamento, Terry se sentía más contento por haber encontrado a una amiga muy querida, Laila se quedo pensativa en la historia de Terry se le ocurrió la idea de actuar como Cupido, quería buscar a Candy e investigar que paso con ella pero por el momento tenia asuntos de mas prioridad.

Todo ese día Candy no paro de trabajar, apenas y se tomo 15 minutos para comer un emparedado, el turno se extendió hasta las 10 de la noche, aun así había muchísima gente en espera de noticias de familiares y conocidos, Candy salió del Hospital con un nudo en el estomago, ese día murieron varias personas y tuvo que dar las malas noticias a los familiares, no podía borrar de su mente las escenas de desesperación, mientras caminaba gruesas lagrimas rodaban por sus mejillas, lloraba de tristeza por no haber podido salvar la vida de esas personas, en el trayecto Frank la alcanzo para acompañarla.

-          Candy ¿qué pasa porque lloras?- pregunto angustiado al verla llorar
-          Fue el día, no te preocupes- dijo limpiándose las lagrimas
-          Vamos no debes llorar- la detuvo tomándola del brazo- así hay días y hacemos todo lo posible, no es culpa de nadie
-          Es que también tuve que dar la noticia a los familiares de los fallecidos, como olvidar su expresión de dolor - se le llenaron de lagrimas los ojos


-          Lo lamento debí acompañarte- Frank la tomo de las manos- ya paso lo más difícil, pero escucha, en Francia las cosas son peor, debes estar segura de querer ir
Candy perdió la mirada en la distancia sin decir nada- es solo que me falta experiencia, pondré de mi parte para no impresionarme tanto, pero es tan difícil mantenerse frio ante estas circunstancias
-          No es cuestión de frialdad- continuaron caminando- es solo que es necesario superar algunas pruebas, porque lamentablemente la vida sigue, los pacientes seguirán llegando por eso debemos tener fría la mente y seguir atendiéndolos de la mejor manera.
-          Si entiendo, pondré todo de mi parte para ser mejor cada día.
-          Así esta mejor- caminaron un poco mas y llegaron al departamento- te dejo, mañana puedes llegar a las 9
-          Ho no es necesario, yo estoy bien.
-          De cualquier manera es para que estés mas descansada y rindas mas- sonrió Frank
-          De acuerdo, entonces nos vemos
-          Candy- Frank la detuvo acercándola a él-¿puedo darte un beso?
-          Pero….- Candy se puso un poco nerviosa
-          En la mejilla
-          Pues… si está bien- dijo tímidamente

Acto seguido Frank deposito un cálido beso que estremeció a la rubia, un tanto nerviosa se retiro y subió corriendo las escaleras, Frank espero hasta ver la luz del departamento prendida y se retiro, Candy se sentó en su cama y medito un momento sobre lo que había pasado, realmente le había gustado el gesto del caballero, sin embargo recordó que un día un joven rebelde le robo un beso que la marco de por vida- no no puedo compararlos no es justo para ellos, Frank es tan diferente y Terry- suspiro- mi Terry tan impulsivo pero con un corazón tan hermoso- se puso de pie y dijo- Dios ¿qué clase de señales me estas mandando?- dejo su abrigo y limpio un poco antes de irse a dormir.