Lazos de amor
En Chicago tras varios intentos por ver al Sr. Bernardo
Laila por fin tiene suerte y logra platicar un poco con él, sin embargo la lucidez
del hombre no era muy alentadora y dudaba mucho que le pudiera dar alguna
pista.
-
Buenos
días Sr. Bernardo soy Laila Connor, necesito hacerle algunas preguntas
El hombre la mira distraídamente – ¿de dónde me conoce
usted? – pregunta
-
Realmente
no lo conozco, pero he venido porque me dijeron que usted conoció a Sofía Pater
-
Ha si
Sofía, no debe tardar en volver, ella salió pero no debió irse – luego su mirada se transformo y estaba asustado –
esos hombres la encontraron ella no
debió salir, su cabeza su cabeza – decía alterado – le sangra la cabeza y no se mueve, haga algo por
favor – le decía temblando
-
Tranquilícese
señor, ¿qué es lo que le está pasando? – pregunta asustada
Luego el mismo hombre que le abrió la puerta volvió
corriendo – Así se pone, no se asuste,
es así como pasa los días Señorita
-
La niña
– continuaba – la niña no debe quedarse
aquí, hay llevarla o la mataran también – y luego el hombre lloraba desesperado
-
¿Qué
dice?, ¿cuál niña?- pregunta
-
Señorita
es mejor que se vaya – dice el hombre
-
Pero ha
dicho de una niña – dice desesperada
-
No haga
caso desde que murió Clara se ha vuelto peor
-
Usted
que sabe de esto
-
Pues yo
estaba aun muy chico y me la pasaba fuera de casa, pero recuerdo perfectamente
ese día – explica el hombre
-
¿Cuál
día?, ¿quién es esa niña que menciona?, ¿usted la conoció?
-
Bueno
yo tenía 14 años, Sofía la hermana de mi madre llego con esa niña, era rubia y
con sus ojos verdes, la cuidaban mucho, Sofía le dijo que debían protegerla de
un tal Girado, Giraldo no se algo así, hace tanto que sucedió
-
¿Giraldi?
- pregunta
-
Si ese
mismo, un día llego corriendo, cubrió a la niña y la escondió en el cobertizo,
ahí me dejo con ella, luego salió y no supe más, hasta que mi madre me busco
envuelta en llanto, al parecer Sofía había caído y se golpeo la cabeza muriendo
al instante
-
¿Qué
paso con la niña? – pregunta
-
Al
saber que corría peligro mi madre salió un día con ella en brazos, Bernardo iba
con ella, cuando volvieron ya no la traían, no me dijeron lo que paso con ella
-
Entonces
posiblemente salieron para llevarla a algún lugar
-
Si pero
no se a donde
-
La
niña, lleva la niña si ahí junto a ese árbol, el árbol la cuidara – dice el anciano – corramos, los hombres pueden
volver corramos Clara – dice asustado
-
El
árbol – repite Laila – hay un árbol cerca alguno en particular
-
MMmm…. –
se queda pensativo – hay uno en una colina muy grande y muy viejo
-
¿Dónde
está?
-
Junto
del Hogar de Pony –indica el hombre
La joven sonríe – En serio – dice sin ocultar su alegría
-
Si, es
un árbol donde los niños del Hogar juegan – dice
-
Me ha
sido de mucha ayuda, pero... ¿por qué no me había contado usted todo esto antes?
-
Porque
no me había preguntado nada, solo quería hablar con Bernardo
-
Si
tiene razón – luego sonríe – bien pues entonces me despido, ha sido de mucha
ayuda
-
Que le
vaya bien Señorita
Laila regreso contenta a su hotel, no podía creer que por
fin había dado con el paradero de la hija del Conde Rossell, sin embargo hacia
unos días se sentía cansada, pero su afán por buscar a la niña eran más fuerte,
al llegar a su habitación escribió una carta para el Conde Rosell informando
sobre el avance de su investigación, sentía un escalofrío por su cuerpo y una
tos constante, al terminar salió a la oficina postal, pero el cansancio la hacía
parar no entendía lo que le estaba pasando, al ir caminando por la calle sintió
un fuerte mareo que la hizo perder el equilibrio, se tomo de la baranda de una
casa, volvió a retomar el camino pero se sentía peor, al ir caminando por la
calle y voltear en una esquina cayó estrepitosamente frente a una joven que
caminaba de frente a ella, alcanzándola a detener, pero no era muy fuerte por
lo que se hinco en el asfalto con ella en brazos – ayuda por favor – gritó – alguien que me ayude
Un hombre rápidamente se acerco a ver en que podía ayudar
- ¿Qué sucede? – pregunta
-
Se
desplomo frente a mi no se qué le pasa – dijo angustiada
-
Esta
hirviendo en fiebre – dice el hombre al
tocar su frente, luego mira a la joven – debe ser la Gripe, no debería estar tan cerca es
mejor alejarse – le dice de inmediato
-
Pero
como, debemos ayudarla – dice indignada
-
No yo
mejor me voy – dice el hombre poniéndose
de pie
-
Por Dios no la puedo dejar aquí – mira para todas direcciones pero la gente no se
detiene por miedo a la enfermedad
-
Necesito
ayuda – grita
Por fin un caballero se detiene
-
Necesito
que me ayude a ponerla en un coche, hay que llevarla al hospital – le dice
apresuradamente
-
Está
bien – luego la observa – debería llevar una mascarilla
-
Lo sé,
pero salí tan aprisa que no la traje conmigo
Paran a un coche y le ayuda a poner dentro a la joven,
luego sube junto a ella, al llegar al Hospital, corre en busca de una camilla
para llevarla dentro
-
Enfermera
por favor necesito ayuda – le dice al
ver una joven salir del área de urgencias
-
Espere
aquí iré por una camilla – le indica,
casi de inmediato la enfermera venia con una
para colocar a Laila en la camilla, cuando se retiraban John alcanzo a
ver a la chica que la llevaba de inmediato se encamino a su encuentro
-
Paty ¿qué paso? – pregunta desconcertado
-
Es la
joven que llevan en la camilla se cayó frente a mi – explica preocupada
-
Iré a
ver de qué se trata, espera en la sala por favor – le dice
Paty asiente y se queda en la sala de espera, algunos
minutos pasaron cuando John vuelve - ¿Que es lo que tiene? – pregunta
-
Influenza
– la mira nervioso - ¿por qué no llevas
mascarilla? – le riñe
-
Lo
olvide no creí demorar demasiado – trata de excusarse
-
No – le
dice molesto – no vuelvas a salir así – luego le pide una a una enfermera y se la entrega a
la joven
-
Por
Dios, no me regañes tanto – dice colocándose el cubre boca
-
Es que
es muy serio Paty, cualquier contacto puede tener consecuencias, esa joven que
llego está muy delicada y estuvo muy cerca de ti, quiero que cualquier síntoma
por mínimo que sea me lo informes entendido
– le dice en voz ronca y seca
-
Está
bien, ¿qué pasará con ella? – pregunta seria
-
Le daré
los medicamentos, ahora regresa y no vuelvas a salir sin protección
-
Está
bien – dice apenada – lo hice sin pensar no creí que fuera tan grave
El joven la toma del brazo tratando de confortarla – no me gustaría que enfermes, por eso te he
hablado así, espero que me entiendas
-
Está
bien, entiendo – dice apenada
-
¿Donde
encontraste a la chica? – pregunta
-
A unas
calles de la oficina postal – contesta
-
Entiendo
– dice pensativo – tenía una carta con ella entre sus ropas
-
Entonces
debo ponerla en el correo tal vez alguien espera noticias de ella
-
No es
mejor esperar a que despierte, no sabemos cómo vaya a responder al medicamento
-
Y como
se llama en la carta debe venir su nombre – pregunta
-
Veamos
– revisa el remitente de la carta pero
solo lleva unas iniciales – L.C. con destino a Escocia – dice sin entender
-
¿L?
puede ser Lucia, Lucrecia será mejor esperar a que se recupere, tal vez su
familia sea de Escocia
-
Si es
posible, ahora necesito que vayas al Orfanato y tengas más cuidado cuando
salgas a la calle – le dice firmemente
-
Claro ¿no
me disculparas nunca? – pregunta seria
-
Tendrás
que hacer meritos para que te disculpe – dice sonriendo
-
Pero, ¿qué
quieres decir? – pregunta sorprendida
-
Que
solo si me invitas a comer al Orfanato te disculpare – continua con su cortejo
-
Está
bien, entonces te espero el viernes a comer – dice la joven
-
Bien ya
es tiempo que te retires – le ordena de
nuevo
-
Pues
nos vemos entonces
Paty sale del Hospital un poco más animada, pero aun así
no podía olvidar que John le había hablado muy duro, nunca había sido así con
ella, entendió que la enfermedad era más que seria, sintió un leve escalofrío
tan solo de pensar en aquella joven, ¿quién sería su familia?, ¿alguien la
esperaría en casa? – Ho debo estar al
pendiente, tengo que avisar a su familia, le pediré a John que me dé su dirección
cuando este más tranquilo – se dirigió
al Orfanato y continuó con sus labores.
En el Hospital John vigilaba de cerca a la joven, pero
también sentía preocupación al saber que Paty estuvo cerca de esa chica, al
imaginar a la joven maestra padeciendo esa enfermedad se estremeció – No Paty
no - se decía a sí mismo, algo en el estaba naciendo, un sentimiento que ni el
mismo podía entender, cerraba sus ojos sin entender – Que te pasa John, acaso estás…. – fruncía el ceño, sacudía su cabeza como queriendo
evitar esos pensamientos, luego de un momento regreso a sus labores al salir se
topo con Sara quien había regresado al Hospital
-
Hola
John – saluda la dama – vi saliendo a Paty iba algo nerviosa ¿sucedió algo? –
pregunta con curiosidad
-
Solo
que salió a la calle sin tomar las debidas precauciones y tubo que traer a una
paciente que estaba hirviendo en fiebre – dice serio
-
Ho Paty
siempre tan distraída – repone
-
Si la
chica que trajo tiene influenza espero que mejore con el tratamiento llego muy
a tiempo al Hospital
-
Seguramente
que si – agrega la dama
-
Y tú, ¿cómo
te has sentido de nuevo en el Hospital? – pregunta
-
Mucho
mejor pero preocupada por Frank y Candy – dice
-
Si pues
seguramente ellos están bien – asegura el rubio
-
Roguemos
a Dios que así sea – dice con esperanza
-
Y
Albert ¿cuándo vuelve? – pregunta
-
Precisamente
voy a su casa debe haber llegado ya – dice emocionada
-
Ya
entiendo la razón de esa sonrisa
-
Bien
pues entonces nos veremos más tarde – dice la dama despidiéndose de su amigo
Sara salió a toda prisa del Hospital su corazón acelerado
ansiaba estar cerca de Albert, al llegar a la mansión Archie se encontraba en
el estudio al verla saludo amablemente – Hola Sara, pasa – le indica el joven
-
Como
estas Archie – dice ansiosa – ¿ya llego? – pregunta
-
Claro
Sara, debe estar desempacando si subes sin avisar le darás una grata sorpresa –
le indica el joven
Sin pensarlo más Sara sube de inmediato a la habitación
del rubio, sin embargo Albert estaba tomando una ducha por lo que cuando Sara
llego el caballero estaba envuelto en una toalla que le cubría de la cintura
hacia abajo dejando su pecho desnudo, el rubio no le importo nada al verla sin
pensarlo mas camino al encuentro de la dama envolviéndola en sus brazos pero en
la turbación de la joven tropezó con su propio pie y cayeron estrepitosamente
sobre la cama, Sara inmediatamente se separo poniéndose de pie y evitando mirar
a Albert.
-
Pero
Albert no es esto lo más correcto – dice caminando hacia la puerta
-
Discúlpame
solo sentí el impulso por abrazarte – dice el joven sin entender el nerviosismo
de la dama
-
Sera
mejor que vuelva en otro momento – dice Sara saliendo a toda prisa de la
habitación, la blusa que llevaba puesta estaba húmeda por el abrazo del rubio y
su corazón demasiado acelerado
Albert se vistió rápidamente para ir tras Sara, abajo
Archie vio pasar a la dama casi corriendo que ni tiempo le dio para salir a ver
qué había sucedido, un minuto después Albert bajaba corriendo las escaleras
nuevamente el joven salió al corredor al ver a su tío salir sin avisar – Pero
¿qué está pasando? – se pregunto al joven quedando solo en medio del corredor
Algunos metros había caminado la dama cuando el rubio le
dio alcance en su coche – Cariño que sucede – dice apeándose del vehículo y
caminando hacia la dama – porque has salido así de la casa, no creo haber hecho algo tan grave como para
que reaccionaras así – dice el joven sin entender
-
Lo
siento Albert pero tengo que volver al Hospital – dice la dama sin dar muchas
explicaciones y es que el abrazo y la cercanía de Albert la turbo sintió una
ansiedad al estar debajo de su cuerpo que no podía soportar aun si se trataba
de él.
-
No sin
que antes me des una explicación – dice tomándola del brazo
-
Es solo
que…. – no sabía que decir era algo ridículo inclusive para ella – no estoy
acostumbrada a ese tipo de manifestaciones de cariño – dice sin poder mirarlo a
los ojos
Albert tomo su barbilla – entonces tendré más cuidado con
mis emociones, te prometo no volver a hacer algo así a menos que me des tu
consentimiento – dice mirándola a los ojos
Sara se sentía algo miserable al tratarlo así pero solo
ella sabía sus razones, finalmente asintió con la cabeza y juntos regresaron al
Hospital, al despedirse Albert depositó un casto beso en la frente, no la
entendía pero estaba seguro que algo le ocultaba sin embargo tendría que
esperar a que el Destino mismo se encargara de hacer público su tan preciado
secreto.
En Francia Daniel llego al Hospital como de costumbre,
antes de su cita con Candy fue con el Teniente Neville pues seguía con la
investigación sobre el ataque, cualquier persona era sospechosa y así lo hizo
saber al joven quien al llegar saludo formalmente y tomo asiente frente al
Teniente
-
¿Cómo
van las investigaciones? – pregunta preocupado ya que tenia aprecio por el
Duque
-
Hemos
analizado la situación, algunos testigos que hemos entrevistado nos han dicho
que su padre el Conde Rosell también viajaría, pero que... curiosamente no lo
hizo – dice con semblante serio
-
Si el
viajaría pero ignoro las razones por las que no lo hizo – repone el joven
-
Es muy
curioso que habiendo confirmado a última hora no viajara, ¿no lo cree? – concedió
el Teniente
-
Que
esta insinuando que mi padre planeo el atentado – dijo molesto
-
Tu
padre estuvo involucrado en un atentado hace 20 años – lo mira impasible –
contra el Rey ¿no es así? – pregunta
-
Si –
contesta mirándolo fijamente – pero quedo absuelto del asunto, le pidieron
perdón públicamente – indica el joven
-
Mira Daniel
sospecho de todos, hasta que no se demuestre que son inocentes – dice el
teniente
-
Pero mi
padre no fue – dice alzando la voz – el mismo se lo confirmara mañana que
llegue
-
Interrogare
a todos los involucrados – repone el teniente
-
Hay
otros miembros que tampoco viajaron, ¿a ellos también los investigará?, empezando
por Giraldi no es miembro también
-
Sabes
bien que Giraldi no está en Cámara su titulo no es legitimo – dice el teniente
-
Pero
también deberían investigarlo – insiste el joven
En ese momento la puerta se abre de golpe Terry entraba y
cuando vio a Daniel le lanzo una mirada casi fulminante – Perdón me dijeron que
entrara no pensé que estuviera ocupado – dice saludando al Teniente
-
Pasa
Terruce – le indica – te presento al Sargento Rosell – dice amablemente
Daniel apenas se disponía a presentarse cuando Terry se
adelanto sin mostrar un poco de interés en el joven – ¿Que avances hay en la
investigación? – pregunta directamente
Daniel permaneció en silencio ante la falta de educación
del inglés – Le decía al Sargento que se está interrogando a todos los
miembros, mañana mismo llegara su padre quien no pudo viajar con ellos para
darnos una explicación del porque no lo hizo – indica Neville
Terry miro fijamente a Daniel – Rosell – susurro – ¿el
Conde? – pregunta
-
Si el
mismo – concede el joven – es amigo del Duque – indica
-
Su
padre le platico alguna vez sobre el – pregunta Neville
El inglés negó con la cabeza – casi no platicamos no
sabría decir que tan amigos son
-
Bien
pues entonces pueden retirarse ambos – dice mirándolos a los dos
Daniel se pone de pie y se despide del Teniente, Terry
sin más sale de la habitación dejando atrás al rubio, pero este trato de
alcanzarlo para indagar más sobre el Duque
-
Perdón
– dice apurando su paso – Terruce
Terry se gira casi echando chispas por los ojos – ¿Que se
te perdió muchachito? – pregunta molesto
-
Solo
quería saber cómo sigue el Duque, no he tenido oportunidad de verlo desde ayer
– dice mientras trata de alcanzar a Terry que daba zancadas largas
-
La
salud de mi padre que te podría importar a ti – dice con ironía
-
Lo
conozco y le tengo aprecio – indica el joven
Terry se para en seco al escucharlo – aprecio – replica burlón
– ¿por el Duque?
-
Si
porque lo dices de esa manera
-
Mi
padre no es la persona que la gente aprecie al menos no el hombre que yo conocí
– dice
-
Siento
cualquier cosa que haya pasado entre ustedes, pero solo quiero saber sobre su
salud – dice el joven sorprendido al darse cuenta que las cosas con su hijo no
iban muy bien
-
Mira
muchachito no supongas ni hagas conjeturas sin saber, si algo quieres saber
sobre la salud de mi padre pregúntaselo a cualquier enfermera no soy el
mensajero de nadie – dice mirándolo a los ojos y dejándolo parado en medio del
corredor
-
Caray
que carácter parece que está muy enojado con la vida – murmura – será mejor
darme prisa o llegare tarde por Candy – dice para sí mirando su reloj
En otra parte del Hospital Candy salía de su dormitorio
vistiendo un sencillo vestido en color purpura, pero antes de ver a Daniel
quiso saludar a su amiga Flammy quien mejoraba cada día – Estas muy linda puede
saberse ¿a dónde vas? – pregunta la morena
-
Iré a
caminar al parque que está cerca con Daniel – indica la joven
-
Ho si
el soldado, creo que le gustas – dice la dama – acaso a ti también
-
Pero
Flammy que cosas dices – exclama sorprendida – por supuesto que no
-
Por un
momento pensé que habías olvidado a…..- Flammy no pudo terminar la frase al ver
la expresión de su amiga
-
Flammy
– dice la rubia mirándola a los ojos –él está aquí – dice casi sin aliento
-
Que
dices, hablas de... aquel chico que fue a buscarte al Hospital – pregunta
La dama asiente con la cabeza – llego hace unos días
-
¿Y qué
paso con ustedes? – pregunta
-
Es una
larga historia, en Nueva York nos vimos antes de viajar aquí y entonces pensé
que no lo vería mas pero nunca imagine que las circunstancias nos trajeran al
mismo lugar de nuevo – dice la rubia
-
¿Las
circunstancias? – pregunta con sorpresa – o el Destino Candy – dice tomando su
mano
-
Ho
Flammy no lo sé, ha estado un poco raro, muy serio y distante debe ser por lo
de su padre – indica la joven
-
Vaya
noticia – musita la morena – pero en todo el tiempo que estuviste en Nueva York
que paso entre ustedes
Candy sentía arder sus mejillas al recordar el día en el
lago – hablamos solamente – dice finalmente
-
Candy,
algo me escondes pero no te voy a presionar para que me lo digas – dice mirando
a su amiga – cuando sientas la necesidad de confiármelo hazlo que aquí estaré
para escucharte
-
Gracias
Flammy por entender
-
Ahora
ve con Daniel no lo hagas esperar – le indica la joven
Candy asiente y sale rumbo a la recepción, Daniel
platicaba con otro soldado cuando miro a su hermana acercarse, sintió una
necesidad de abrazarla que no pudo contener por lo que camino a su encuentro y
sin previo aviso la estrecho en sus brazos, Candy se sorprendió ante el acto
del joven pero correspondió a su abrazo, había algo en ese joven que le hacía sentirse
protegida y querida, sin embargo nuevamente las circunstancias o el Destino
colocaban a Terry en sus caminos como testigo de las muestras de cariño que
ambos jóvenes se daban, parado desde el corredor sentía que la sangre le
hervía, sus ojos echaban fuego el papel que llevaba en sus manos quedo hecho
pedazos por la fuerza en que lo apretó – pero quién demonios se cree ese
muchachito para abrazarla de esa manera – expresa molesto – te voy a poner en
tu lugar en este momento – Terry comenzó a avanzar hacia la pareja pero Frank
se cruzo con él antes de llegar – Terry qué bueno que te veo necesito que me
firmes unos documentos – dice Frank ignorando lo que estaba sucediendo en ese
momento, pero cuando caminan hacia el mostrador observa como Candy y Daniel se
separaban, sin embargo ni siquiera pudo comentar algo con Terry
-
¿Qué
son estos papeles? – pregunta
-
El
ingreso de tu padre y el informe completo sobre la mejoría que ha tenido desde
que lo trajeron
-
Bien ¿es
todo? – pregunta aun molesto
-
Si es
todo ¿Estás bien? – pregunta
-
Si no
me pasa nada – refunfuña
-
Bien si
necesitas algo no dudes en pedírmelo – le dice de buena manera
Terry se había olvidado de su amistad con Frank sabia que
él era solo una víctima más del Destino – Gracias Frank, espero que mejore y
podernos ir cuanto antes de Paris – agrega
-
Claro
que si, ha mejorado mucho – dice dándole
una palmada en la espalda, el inglés de reojo miraba a Candy, la pareja se
encaminaba a la salida, Daniel la llevaba de su brazo y salieron al exterior
del hospital, en ese momento Terry no oculto su sentir
-
Acaso
es seguro que la gente salga a pasear por las calles – dice mirando a la pareja
que se retiraba
-
Candy
es muy precavida y el Sargento sabe muy bien las reglas, no creo que sean tan
tontos de permanecer en la calle después del toque de queda – explica el rubio
-
Debo
volver con mi padre – dice cambiando de conversación y retirándose de la
recepción, en su trayecto a la habitación del Duque daba vueltas a todo lo
acontecido desde que entro a la oficina de Neville, el Conde Rosell llegaría al
día siguiente por fin conocería al hombre que tanto lo había conmocionado con
su historia, pero también era el padre del “muchachito” como él decía que
estaba enamorando según él a Candy.
En un parque cercano al Hospital caminaban los dos
hermanos, tomada de su brazo Candy sentía una paz inexplicable, el paisaje tal
vez no era tan bello como en otros tiempos pero era el único lugar cerca para
distraerse un poco – Es una lástima que un lugar tan bonito como este se
encuentre en estas condiciones – dice el joven
-
¿Ya
conocías Paris? – pregunta la dama
-
Si
cuando tenía doce años viajamos de vacaciones para conocer la Torre Eiffel, fue
muy divertido y emocionante, hacía mucho tiempo que mi padre y mi madre no
salían de viaje y nos dieron una verdadera sorpresa – recuerda el joven
-
Hablas
de tu familia con mucho cariño, debes extrañarlos mucho – dice la joven
-
Claro
que si estos meses me han hecho valorarlos más, la familia es lo más
importante, incluso Margaret con todo y su afán por molestarme la extraño
muchísimo
-
Margaret
– murmura la rubia – Deben llevarse muy bien
-
Ella es
muy alegre – sonríe – le gusta caminar también, cerca de nuestra casa hay un
rio constantemente vamos y trepamos los arboles aunque…. – el joven frunce el
ceño
-
¿Pasa
algo con tu hermana? – pregunta Candy
-
Ha
pasado mucho tiempo con un chico, parece que hay algo entre ellos – dice con
seriedad
-
Es la
edad de las ilusiones – dice la dama – debe sentir que flota entre nubes –
recuerda aquel verano en Escocia
-
Por lo
que veo también te paso lo mismo a esa edad – dice mirándola fijamente
-
Todos
pasamos por esa época, acaso ¿tú no sientes algo por alguien? – pregunta con
curiosidad
El joven niega con la cabeza – no hasta el momento,
quiero ayudar a mi padre con los negocios, es lo que me importa por ahorita –
luego mira a la rubia – y ¿tú tienes algún novio?
Candy niega con su cabeza
- por el momento debo concentrarme en mi trabajo –
contesta
-
Pero
debe existir alguien que te espere en América tal vez – indaga el joven
-
No
nadie Daniel – dice desviando su mirada
-
No
puedo creer que siendo tu tan hermosa no hayas tenido un novio, sabes he visto
a uno de los Doctores que te mira de una manera diferente – concede – es rubio
y siempre está muy ocupado
-
Frank
es un buen amigo solamente – indica la
dama
-
Frank
me parece conocido – dice el joven
-
Tal vez
si lo conozcas sus padres vivieron en Escocia – repone
-
De
verdad ¿cuál es su apellido?, quizás mi padre los conozca - pregunta
-
Curtis,
pero su abuelo es el Duque O’Connel, ellos se mudaron a América hace muchos
años
-
Si lo
conozco todo un personaje – dice haciendo una mueca
-
Porque
lo dices así – indaga la dama
-
Tiene
una extraña amistad con una no muy buena persona en Escocia – dice el joven –
pero nuestros padres son buenos amigos incluso se escriben con cierta
frecuencia – dice el joven
-
Entonces
Frank tal vez te conozca – dice la dama
-
Si
cuando lo vea me acercare a presentarme, será un gusto conocerlo – indica el
joven
-
Debemos
volver no tardan en dar el toque de
queda – indica Candy
-
Tienes
razón, sabes me gusta platicar contigo me siento muy tranquilo cuando estoy a
tu lado – dice el rubio
-
Me pasa
exactamente igual, parece algo extraño como si te conociera desde hace mucho
tiempo pero a la vez como si algo en ti hubiera que necesito saber – dice
sacudiendo la cabeza
-
Me
gustaría mucho que conozcas a mi padre sabes – dice el joven caminando hacia el
Hospital
-
Me
daría mucho gusto también, ¿cuándo llega? – pregunta
-
Mañana,
en cuanto se desocupe te buscaremos para que lo conozcas – dice emocionado y
pensando en la gran sorpresa que se llevaría su padre al verla
-
Espero
estar en el Hospital – dice la dama
-
¿Por
qué no estarías? – pregunta con curiosidad
-
Iremos
a buscar heridos hacia Somme – dice la dama – saldrá una camión temprano y más
tarde otro yo me iré en el segundo – indica
-
Iras
aun después de todo lo vivido en las trincheras – pregunta angustiado
-
Precisamente
por eso iré, solo de imaginar que alguien en algún lugar puede estar
necesitando ayuda – dice la dama
-
Entonces
pediré al Teniente que me deje acompañarlos, de cualquier manera aquí ya no
estoy haciendo nada y me aburro demasiado – repone el joven
-
Pero
Daniel no dices que mañana llegara tu padre
-
Si pero
se quedara unos días podrá esperar – indica
-
Pero
pensé que querías verlo – dice confundía
-
Al
saber que irán allá y podrían estar en peligro, además mi padre estará aquí
seguro lo veré por la mañana antes de irme y en la tarde al regresar
-
No es
tan peligroso – dice la dama – el lugar al que vamos fue atacado ya no hay
nadie solo vamos a buscar sobrevivientes – dice la dama un poco ofuscada
-
No
entiendo cómo puedes vivir todo esto tu sola eres tan valiente – dice mirándola
con cariño
-
Es solo
mi trabajo – dice llegando a la puerta del Hospital
-
Iré a ver
a Neville – indica el joven entrando a la recepción y acompañando a Candy hasta
los dormitorios donde se despidieron, el joven se dirigió de inmediato a la
oficina del Teniente para pedir permiso de salir a la diligencia con los
doctores a lo cual accedió sin problema, caminaba por los pasillos para
retirarse a descansar pero antes de salir Terry alcanzo a verlo de inmediato
corrió para alcanzarlo y ponerlo en su lugar
-
Hey tu muchachito – grita desde la puerta
El joven se vuelve y lo mira con curiosidad – ¿es a mi? –
pregunta
-
Si a ti
– dice caminando hacia la calle – ¿qué tipo de interés tienes en Candy? –
pregunta sin rodeos
El joven se sorprende al escucharlo – ¿interés? –
pregunta
-
Mira
muchachito si lo que buscas es una aventura con ella te estás equivocando de
persona, ella no es el tipo de mujer que imaginas y si no la dejas en paz te
las veras conmigo – dice de manera tosca
-
Ha ya
veo – dice sorprendido – pero lo que yo busque en Candy es cosa de nosotros y
en tanto ella no me diga que le disgusta mi compañía no dejare de verla –
repone con voz firme y ronca
-
Estas
metiéndote en un terreno peligroso – dice encarándolo – te atendrás a las
consecuencias – le dice plantándose frente a el
Pero Daniel no se intimidaba – veremos que tienes para mí
– dice retándolo
-
Así que
me retas muchachito – dice acercándose más – ya te lo dije aléjate o te
arrepentirás
-
Es todo
lo que tienes que decirme Terruce – dice enfatizando en su nombre – no tengo
porque escuchar tus berrinches – dice el joven retomando su camino
-
Imbécil
no sabes con quien te metes – le grita pero Daniel más sensato ni siquiera lo
tomo en cuenta y continuo con su camino
En su camino pensó mucho en Terry siendo hijo de un Duque
no tenía la suficiente madurez y educación que debería tener, pero Daniel
ignoraba todo lo que el inglés estaba pasando en esos días, aunado al accidente
de su padre también estaba la muerte de Susana, el no poder hablar abiertamente
con la rubia lo tenía desesperado pero ahora también tenía que lidiar con un
jovencito que trataba de conquistar a su pecosa, era demasiado para él y por
eso tenía esos arranques de desesperación tan impulsivos que lo hacían
reaccionar de esa manera tan inmadura. También pensaba en Candy la cercanía con
ella le hacía sentirse feliz y en paz, había decidido presentarla con su padre
no sin antes contarle la verdad sobre su origen, estaba resuelto a volver a
Escocia con Candy y que por fin terminara la tan incansable búsqueda que tan
agobiados tenia a toda la familia, sin embargo las cosas no serian tan fáciles
como el joven soldado pensaba.