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viernes, 25 de octubre de 2019

CAPITULO 26


Lazos de amor

En Chicago tras varios intentos por ver al Sr. Bernardo Laila por fin tiene suerte y logra platicar un poco con él, sin embargo la lucidez del hombre no era muy alentadora y dudaba mucho que le pudiera dar alguna pista.

-          Buenos días Sr. Bernardo soy Laila Connor, necesito hacerle algunas preguntas
El hombre la mira distraídamente – ¿de dónde me conoce usted? – pregunta
-          Realmente no lo conozco, pero he venido porque me dijeron que usted conoció a Sofía Pater
-          Ha si Sofía, no debe tardar en volver, ella salió pero no debió irse – luego  su mirada se transformo y estaba asustado – esos  hombres la encontraron ella no debió salir, su cabeza su cabeza – decía alterado – le  sangra la cabeza y no se mueve, haga algo por favor – le  decía temblando
-          Tranquilícese señor, ¿qué es lo que le está pasando? – pregunta  asustada
Luego el mismo hombre que le abrió la puerta volvió corriendo – Así  se pone, no se asuste, es así como pasa los días Señorita
-          La niña – continuaba – la  niña no debe quedarse aquí, hay llevarla o la mataran también – y  luego el hombre lloraba desesperado
-          ¿Qué dice?, ¿cuál niña?- pregunta
-          Señorita es mejor que se vaya – dice  el hombre
-          Pero ha dicho de una niña – dice  desesperada
-          No haga caso desde que murió Clara se ha vuelto peor
-          Usted que sabe de esto
-          Pues yo estaba aun muy chico y me la pasaba fuera de casa, pero recuerdo perfectamente ese día – explica el hombre
-          ¿Cuál día?, ¿quién es esa niña que menciona?, ¿usted la conoció?
-          Bueno yo tenía 14 años, Sofía la hermana de mi madre llego con esa niña, era rubia y con sus ojos verdes, la cuidaban mucho, Sofía le dijo que debían protegerla de un tal Girado, Giraldo no se algo así, hace tanto que sucedió
-          ¿Giraldi? -  pregunta 
-          Si ese mismo, un día llego corriendo, cubrió a la niña y la escondió en el cobertizo, ahí me dejo con ella, luego salió y no supe más, hasta que mi madre me busco envuelta en llanto, al parecer Sofía había caído y se golpeo la cabeza muriendo al instante
-          ¿Qué paso con la niña? – pregunta
-          Al saber que corría peligro mi madre salió un día con ella en brazos, Bernardo iba con ella, cuando volvieron ya no la traían, no me dijeron lo que paso con ella
-          Entonces posiblemente salieron para llevarla a algún lugar
-          Si pero no se a donde
-          La niña, lleva la niña si ahí junto a ese árbol, el árbol la cuidara – dice  el anciano – corramos, los hombres pueden volver corramos Clara – dice  asustado
-          El árbol – repite Laila – hay   un árbol cerca alguno en particular
-          MMmm…. – se  queda pensativo – hay  uno en una colina muy grande y muy viejo
-          ¿Dónde está?
-          Junto del Hogar de Pony –indica el hombre
La joven sonríe – En  serio – dice  sin ocultar su alegría
-          Si, es un árbol donde los niños del Hogar juegan – dice
-          Me ha sido de mucha ayuda, pero... ¿por qué no me había contado usted todo esto antes?
-          Porque no me había preguntado nada, solo quería hablar con Bernardo
-          Si tiene razón – luego   sonríe – bien  pues entonces me despido, ha sido de mucha ayuda
-          Que le vaya bien Señorita

Laila regreso contenta a su hotel, no podía creer que por fin había dado con el paradero de la hija del Conde Rossell, sin embargo hacia unos días se sentía cansada, pero su afán por buscar a la niña eran más fuerte, al llegar a su habitación escribió una carta para el Conde Rosell informando sobre el avance de su investigación, sentía un escalofrío por su cuerpo y una tos constante, al terminar salió a la oficina postal, pero el cansancio la hacía parar no entendía lo que le estaba pasando, al ir caminando por la calle sintió un fuerte mareo que la hizo perder el equilibrio, se tomo de la baranda de una casa, volvió a retomar el camino pero se sentía peor, al ir caminando por la calle y voltear en una esquina cayó estrepitosamente frente a una joven que caminaba de frente a ella, alcanzándola a detener, pero no era muy fuerte por lo que se hinco en el asfalto con ella en brazos – ayuda  por favor – gritó – alguien  que me ayude

Un hombre rápidamente se acerco a ver en que podía ayudar - ¿Qué sucede? – pregunta
-          Se desplomo frente a mi no se qué le pasa – dijo  angustiada
-          Esta hirviendo en fiebre – dice  el hombre al tocar su frente, luego mira a la joven – debe  ser la Gripe, no debería estar tan cerca es mejor alejarse – le  dice de inmediato
-          Pero como, debemos ayudarla – dice  indignada
-          No yo mejor me voy – dice  el hombre poniéndose de pie
-          Por  Dios no la puedo dejar aquí – mira  para todas direcciones pero la gente no se detiene por miedo a la enfermedad
-          Necesito ayuda – grita  
Por fin un caballero se detiene
-          Necesito que me ayude a ponerla en un coche, hay que llevarla al hospital – le dice apresuradamente
-          Está bien – luego  la observa – debería  llevar una mascarilla
-          Lo sé, pero salí tan aprisa que no la traje conmigo
Paran a un coche y le ayuda a poner dentro a la joven, luego sube junto a ella, al llegar al Hospital, corre en busca de una camilla para llevarla dentro
-          Enfermera por favor necesito ayuda – le  dice al ver una joven salir del área de urgencias
-          Espere aquí iré por una camilla – le  indica, casi de inmediato la enfermera venia con una  para colocar a Laila en la camilla, cuando se retiraban John alcanzo a ver a la chica que la llevaba de inmediato se encamino a su encuentro
-          Paty  ¿qué paso? – pregunta  desconcertado
-          Es la joven que llevan en la camilla se cayó frente a mi – explica  preocupada
-          Iré a ver de qué se trata, espera en la sala por favor – le  dice
Paty asiente y se queda en la sala de espera, algunos minutos pasaron cuando John vuelve - ¿Que es lo que tiene? – pregunta

-          Influenza – la  mira nervioso - ¿por qué no llevas mascarilla? – le  riñe
-          Lo olvide no creí demorar demasiado – trata  de excusarse
-          No – le  dice molesto – no  vuelvas a salir así – luego  le pide una a una enfermera y se la entrega a la joven
-          Por Dios, no me regañes tanto – dice  colocándose el cubre boca
-          Es que es muy serio Paty, cualquier contacto puede tener consecuencias, esa joven que llego está muy delicada y estuvo muy cerca de ti, quiero que cualquier síntoma por mínimo que sea me  lo informes entendido – le  dice en voz ronca y seca
-          Está bien, ¿qué pasará con ella? – pregunta  seria
-          Le daré los medicamentos, ahora regresa y no vuelvas a salir sin protección
-          Está bien – dice  apenada – lo  hice sin pensar no creí que fuera tan grave
El joven la toma del brazo tratando de confortarla – no  me gustaría que enfermes, por eso te he hablado así, espero que me entiendas
-          Está bien,  entiendo – dice  apenada
-          ¿Donde encontraste a la chica? – pregunta
-          A unas calles de la oficina postal – contesta
-          Entiendo – dice  pensativo – tenía  una carta con ella entre sus ropas
-          Entonces debo ponerla en el correo tal vez alguien espera noticias de ella
-          No es mejor esperar a que despierte, no sabemos cómo vaya a responder al medicamento
-          Y como se llama en la carta debe venir su nombre – pregunta
-          Veamos – revisa  el remitente de la carta pero solo lleva unas iniciales – L.C. con destino a Escocia – dice  sin entender
-          ¿L? puede ser Lucia, Lucrecia será mejor esperar a que se recupere, tal vez su familia sea de Escocia
-          Si es posible, ahora necesito que vayas al Orfanato y tengas más cuidado cuando salgas a la calle – le  dice firmemente
-          Claro ¿no me disculparas nunca? – pregunta  seria
-          Tendrás que hacer meritos para que te disculpe – dice  sonriendo
-          Pero, ¿qué quieres decir? – pregunta  sorprendida
-          Que solo si me invitas a comer al Orfanato te disculpare – continua  con su cortejo
-          Está bien, entonces te espero el viernes a comer – dice  la joven
-          Bien ya es tiempo que te retires – le  ordena de nuevo
-          Pues nos vemos entonces

Paty sale del Hospital un poco más animada, pero aun así no podía olvidar que John le había hablado muy duro, nunca había sido así con ella, entendió que la enfermedad era más que seria, sintió un leve escalofrío tan solo de pensar en aquella joven, ¿quién sería su familia?, ¿alguien la esperaría en casa? – Ho  debo estar al pendiente, tengo que avisar a su familia, le pediré a John que me dé su dirección  cuando este más tranquilo – se dirigió al Orfanato y continuó con sus labores.

En el Hospital John vigilaba de cerca a la joven, pero también sentía preocupación al saber que Paty estuvo cerca de esa chica, al imaginar a la joven maestra padeciendo esa enfermedad se estremeció – No Paty no - se decía a sí mismo, algo en el estaba naciendo, un sentimiento que ni el mismo podía entender, cerraba sus ojos sin entender – Que  te pasa John, acaso estás…. – fruncía  el ceño, sacudía su cabeza como queriendo evitar esos pensamientos, luego de un momento regreso a sus labores al salir se topo con Sara quien había regresado al Hospital
-          Hola John – saluda la dama – vi saliendo a Paty iba algo nerviosa ¿sucedió algo? – pregunta con curiosidad
-          Solo que salió a la calle sin tomar las debidas precauciones y tubo que traer a una paciente que estaba hirviendo en fiebre – dice serio
-          Ho Paty siempre tan distraída – repone
-          Si la chica que trajo tiene influenza espero que mejore con el tratamiento llego muy a tiempo al Hospital
-          Seguramente que si – agrega la dama
-          Y tú, ¿cómo te has sentido de nuevo en el Hospital? – pregunta
-          Mucho mejor pero preocupada por Frank y Candy – dice
-          Si pues seguramente ellos están bien – asegura el rubio
-          Roguemos a Dios que así sea – dice con esperanza
-          Y Albert ¿cuándo vuelve? – pregunta
-          Precisamente voy a su casa debe haber llegado ya – dice emocionada
-          Ya entiendo la razón de esa sonrisa
-          Bien pues entonces nos veremos más tarde – dice la dama despidiéndose de su amigo
Sara salió a toda prisa del Hospital su corazón acelerado ansiaba estar cerca de Albert, al llegar a la mansión Archie se encontraba en el estudio al verla saludo amablemente – Hola Sara, pasa – le indica el joven
-          Como estas Archie – dice ansiosa – ¿ya llego? – pregunta
-          Claro Sara, debe estar desempacando si subes sin avisar le darás una grata sorpresa – le indica el joven
Sin pensarlo más Sara sube de inmediato a la habitación del rubio, sin embargo Albert estaba tomando una ducha por lo que cuando Sara llego el caballero estaba envuelto en una toalla que le cubría de la cintura hacia abajo dejando su pecho desnudo, el rubio no le importo nada al verla sin pensarlo mas camino al encuentro de la dama envolviéndola en sus brazos pero en la turbación de la joven tropezó con su propio pie y cayeron estrepitosamente sobre la cama, Sara inmediatamente se separo poniéndose de pie y evitando mirar a Albert.
-          Pero Albert no es esto lo más correcto – dice caminando hacia la puerta
-          Discúlpame solo sentí el impulso por abrazarte – dice el joven sin entender el nerviosismo de la dama
-          Sera mejor que vuelva en otro momento – dice Sara saliendo a toda prisa de la habitación, la blusa que llevaba puesta estaba húmeda por el abrazo del rubio y su corazón demasiado acelerado
Albert se vistió rápidamente para ir tras Sara, abajo Archie vio pasar a la dama casi corriendo que ni tiempo le dio para salir a ver qué había sucedido, un minuto después Albert bajaba corriendo las escaleras nuevamente el joven salió al corredor al ver a su tío salir sin avisar – Pero ¿qué está pasando? – se pregunto al joven quedando solo en medio del corredor
Algunos metros había caminado la dama cuando el rubio le dio alcance en su coche – Cariño que sucede – dice apeándose del vehículo y caminando hacia la dama – porque has salido así de la casa,  no creo haber hecho algo tan grave como para que reaccionaras así – dice el joven sin entender
-          Lo siento Albert pero tengo que volver al Hospital – dice la dama sin dar muchas explicaciones y es que el abrazo y la cercanía de Albert la turbo sintió una ansiedad al estar debajo de su cuerpo que no podía soportar aun si se trataba de él.
-          No sin que antes me des una explicación – dice tomándola del brazo
-          Es solo que…. – no sabía que decir era algo ridículo inclusive para ella – no estoy acostumbrada a ese tipo de manifestaciones de cariño – dice sin poder mirarlo a los ojos
Albert tomo su barbilla – entonces tendré más cuidado con mis emociones, te prometo no volver a hacer algo así a menos que me des tu consentimiento – dice mirándola a los ojos
Sara se sentía algo miserable al tratarlo así pero solo ella sabía sus razones, finalmente asintió con la cabeza y juntos regresaron al Hospital, al despedirse Albert depositó un casto beso en la frente, no la entendía pero estaba seguro que algo le ocultaba sin embargo tendría que esperar a que el Destino mismo se encargara de hacer público su tan preciado secreto.

En Francia Daniel llego al Hospital como de costumbre, antes de su cita con Candy fue con el Teniente Neville pues seguía con la investigación sobre el ataque, cualquier persona era sospechosa y así lo hizo saber al joven quien al llegar saludo formalmente y tomo asiente frente al Teniente
-          ¿Cómo van las investigaciones? – pregunta preocupado ya que tenia aprecio por el Duque
-          Hemos analizado la situación, algunos testigos que hemos entrevistado nos han dicho que su padre el Conde Rosell también viajaría, pero que... curiosamente no lo hizo – dice con semblante serio
-          Si el viajaría pero ignoro las razones por las que no lo hizo – repone el joven
-          Es muy curioso que habiendo confirmado a última hora no viajara, ¿no lo cree? – concedió el Teniente
-          Que esta insinuando que mi padre planeo el atentado – dijo molesto
-          Tu padre estuvo involucrado en un atentado hace 20 años – lo mira impasible – contra el Rey ¿no es así? – pregunta
-          Si – contesta mirándolo fijamente – pero quedo absuelto del asunto, le pidieron perdón públicamente – indica el joven
-          Mira Daniel sospecho de todos, hasta que no se demuestre que son inocentes – dice el teniente
-          Pero mi padre no fue – dice alzando la voz – el mismo se lo confirmara mañana que llegue
-          Interrogare a todos los involucrados – repone el teniente
-          Hay otros miembros que tampoco viajaron, ¿a ellos también los investigará?, empezando por Giraldi no es miembro también
-          Sabes bien que Giraldi no está en Cámara su titulo no es legitimo – dice el teniente
-          Pero también deberían investigarlo – insiste el joven
En ese momento la puerta se abre de golpe Terry entraba y cuando vio a Daniel le lanzo una mirada casi fulminante – Perdón me dijeron que entrara no pensé que estuviera ocupado – dice saludando al Teniente
-          Pasa Terruce – le indica – te presento al Sargento Rosell – dice amablemente
Daniel apenas se disponía a presentarse cuando Terry se adelanto sin mostrar un poco de interés en el joven – ¿Que avances hay en la investigación? – pregunta directamente
Daniel permaneció en silencio ante la falta de educación del inglés – Le decía al Sargento que se está interrogando a todos los miembros, mañana mismo llegara su padre quien no pudo viajar con ellos para darnos una explicación del porque no lo hizo – indica Neville
Terry miro fijamente a Daniel – Rosell – susurro – ¿el Conde? – pregunta
-          Si el mismo – concede el joven – es amigo del Duque – indica
-          Su padre le platico alguna vez sobre el – pregunta Neville
El inglés negó con la cabeza – casi no platicamos no sabría decir que tan amigos son
-          Bien pues entonces pueden retirarse ambos – dice mirándolos a los dos
Daniel se pone de pie y se despide del Teniente, Terry sin más sale de la habitación dejando atrás al rubio, pero este trato de alcanzarlo para indagar más sobre el Duque
-          Perdón – dice apurando su paso – Terruce
Terry se gira casi echando chispas por los ojos – ¿Que se te perdió muchachito? – pregunta molesto
-          Solo quería saber cómo sigue el Duque, no he tenido oportunidad de verlo desde ayer – dice mientras trata de alcanzar a Terry que daba zancadas largas
-          La salud de mi padre que te podría importar a ti – dice con ironía
-          Lo conozco y le tengo aprecio – indica el joven
Terry se para en seco al escucharlo – aprecio – replica burlón – ¿por el Duque?
-          Si porque lo dices de esa manera
-          Mi padre no es la persona que la gente aprecie al menos no el hombre que yo conocí – dice
-          Siento cualquier cosa que haya pasado entre ustedes, pero solo quiero saber sobre su salud – dice el joven sorprendido al darse cuenta que las cosas con su hijo no iban muy bien
-          Mira muchachito no supongas ni hagas conjeturas sin saber, si algo quieres saber sobre la salud de mi padre pregúntaselo a cualquier enfermera no soy el mensajero de nadie – dice mirándolo a los ojos y dejándolo parado en medio del corredor
-          Caray que carácter parece que está muy enojado con la vida – murmura – será mejor darme prisa o llegare tarde por Candy – dice para sí mirando su reloj

En otra parte del Hospital Candy salía de su dormitorio vistiendo un sencillo vestido en color purpura, pero antes de ver a Daniel quiso saludar a su amiga Flammy quien mejoraba cada día – Estas muy linda puede saberse ¿a dónde vas? – pregunta la morena
-          Iré a caminar al parque que está cerca con Daniel – indica la joven
-          Ho si el soldado, creo que le gustas – dice la dama – acaso a ti también
-          Pero Flammy que cosas dices – exclama sorprendida – por supuesto que no
-          Por un momento pensé que habías olvidado a…..- Flammy no pudo terminar la frase al ver la expresión de su amiga
-          Flammy – dice la rubia mirándola a los ojos –él está aquí – dice casi sin aliento
-          Que dices, hablas de... aquel chico que fue a buscarte al Hospital – pregunta
La dama asiente con la cabeza – llego hace unos días
-          ¿Y qué paso con ustedes? – pregunta
-          Es una larga historia, en Nueva York nos vimos antes de viajar aquí y entonces pensé que no lo vería mas pero nunca imagine que las circunstancias nos trajeran al mismo lugar de nuevo – dice la rubia
-          ¿Las circunstancias? – pregunta con sorpresa – o el Destino Candy – dice tomando su mano
-          Ho Flammy no lo sé, ha estado un poco raro, muy serio y distante debe ser por lo de su padre – indica la joven
-          Vaya noticia – musita la morena – pero en todo el tiempo que estuviste en Nueva York que paso entre ustedes
Candy sentía arder sus mejillas al recordar el día en el lago – hablamos solamente – dice finalmente
-          Candy, algo me escondes pero no te voy a presionar para que me lo digas – dice mirando a su amiga – cuando sientas la necesidad de confiármelo hazlo que aquí estaré para escucharte
-          Gracias Flammy por entender
-          Ahora ve con Daniel no lo hagas esperar – le indica la joven
Candy asiente y sale rumbo a la recepción, Daniel platicaba con otro soldado cuando miro a su hermana acercarse, sintió una necesidad de abrazarla que no pudo contener por lo que camino a su encuentro y sin previo aviso la estrecho en sus brazos, Candy se sorprendió ante el acto del joven pero correspondió a su abrazo, había algo en ese joven que le hacía sentirse protegida y querida, sin embargo nuevamente las circunstancias o el Destino colocaban a Terry en sus caminos como testigo de las muestras de cariño que ambos jóvenes se daban, parado desde el corredor sentía que la sangre le hervía, sus ojos echaban fuego el papel que llevaba en sus manos quedo hecho pedazos por la fuerza en que lo apretó – pero quién demonios se cree ese muchachito para abrazarla de esa manera – expresa molesto – te voy a poner en tu lugar en este momento – Terry comenzó a avanzar hacia la pareja pero Frank se cruzo con él antes de llegar – Terry qué bueno que te veo necesito que me firmes unos documentos – dice Frank ignorando lo que estaba sucediendo en ese momento, pero cuando caminan hacia el mostrador observa como Candy y Daniel se separaban, sin embargo ni siquiera pudo comentar algo con Terry
-          ¿Qué son estos papeles? – pregunta
-          El ingreso de tu padre y el informe completo sobre la mejoría que ha tenido desde que lo trajeron
-          Bien ¿es todo? – pregunta aun molesto
-          Si es todo ¿Estás bien? – pregunta
-          Si no me pasa nada – refunfuña
-          Bien si necesitas algo no dudes en pedírmelo – le dice de buena manera
Terry se había olvidado de su amistad con Frank sabia que él era solo una víctima más del Destino – Gracias Frank, espero que mejore y podernos ir cuanto antes de Paris – agrega
-          Claro que si, ha mejorado mucho – dice  dándole una palmada en la espalda, el inglés de reojo miraba a Candy, la pareja se encaminaba a la salida, Daniel la llevaba de su brazo y salieron al exterior del hospital, en ese momento Terry no oculto su sentir
-          Acaso es seguro que la gente salga a pasear por las calles – dice mirando a la pareja que se retiraba
-          Candy es muy precavida y el Sargento sabe muy bien las reglas, no creo que sean tan tontos de permanecer en la calle después del toque de queda – explica el rubio
-          Debo volver con mi padre – dice cambiando de conversación y retirándose de la recepción, en su trayecto a la habitación del Duque daba vueltas a todo lo acontecido desde que entro a la oficina de Neville, el Conde Rosell llegaría al día siguiente por fin conocería al hombre que tanto lo había conmocionado con su historia, pero también era el padre del “muchachito” como él decía que estaba enamorando según él a Candy.
En un parque cercano al Hospital caminaban los dos hermanos, tomada de su brazo Candy sentía una paz inexplicable, el paisaje tal vez no era tan bello como en otros tiempos pero era el único lugar cerca para distraerse un poco – Es una lástima que un lugar tan bonito como este se encuentre en estas condiciones – dice el joven
-          ¿Ya conocías Paris? – pregunta la dama
-          Si cuando tenía doce años viajamos de vacaciones para conocer la Torre Eiffel, fue muy divertido y emocionante, hacía mucho tiempo que mi padre y mi madre no salían de viaje y nos dieron una verdadera sorpresa – recuerda el joven
-          Hablas de tu familia con mucho cariño, debes extrañarlos mucho – dice la joven
-          Claro que si estos meses me han hecho valorarlos más, la familia es lo más importante, incluso Margaret con todo y su afán por molestarme la extraño muchísimo
-          Margaret – murmura la rubia – Deben llevarse muy bien
-          Ella es muy alegre – sonríe – le gusta caminar también, cerca de nuestra casa hay un rio constantemente vamos y trepamos los arboles aunque…. – el joven frunce el ceño
-          ¿Pasa algo con tu hermana? – pregunta Candy
-          Ha pasado mucho tiempo con un chico, parece que hay algo entre ellos – dice con seriedad
-          Es la edad de las ilusiones – dice la dama – debe sentir que flota entre nubes – recuerda aquel verano en Escocia
-          Por lo que veo también te paso lo mismo a esa edad – dice mirándola fijamente
-          Todos pasamos por esa época, acaso ¿tú no sientes algo por alguien? – pregunta con curiosidad
El joven niega con la cabeza – no hasta el momento, quiero ayudar a mi padre con los negocios, es lo que me importa por ahorita – luego mira a la rubia – y ¿tú tienes algún novio?
Candy niega con su cabeza  -  por  el momento debo concentrarme en mi trabajo – contesta
-          Pero debe existir alguien que te espere en América tal vez – indaga el joven
-          No nadie Daniel – dice desviando su mirada
-          No puedo creer que siendo tu tan hermosa no hayas tenido un novio, sabes he visto a uno de los Doctores que te mira de una manera diferente – concede – es rubio y siempre está muy ocupado
-          Frank es un buen amigo  solamente – indica la dama
-          Frank me parece conocido – dice el joven
-          Tal vez si lo conozcas sus padres vivieron en Escocia – repone
-          De verdad ¿cuál es su apellido?, quizás mi padre los conozca - pregunta
-          Curtis, pero su abuelo es el Duque O’Connel, ellos se mudaron a América hace muchos años 
-          Si lo conozco todo un personaje – dice haciendo una mueca
-          Porque lo dices así – indaga la dama
-          Tiene una extraña amistad con una no muy buena persona en Escocia – dice el joven – pero nuestros padres son buenos amigos incluso se escriben con cierta frecuencia – dice el joven
-          Entonces Frank tal vez te conozca – dice la dama
-          Si cuando lo vea me acercare a presentarme, será un gusto conocerlo – indica el joven
-          Debemos volver  no tardan en dar el toque de queda – indica Candy
-          Tienes razón, sabes me gusta platicar contigo me siento muy tranquilo cuando estoy a tu lado – dice el rubio
-          Me pasa exactamente igual, parece algo extraño como si te conociera desde hace mucho tiempo pero a la vez como si algo en ti hubiera que necesito saber – dice sacudiendo la cabeza
-          Me gustaría mucho que conozcas a mi padre sabes – dice el joven caminando hacia el Hospital
-          Me daría mucho gusto también, ¿cuándo llega? – pregunta
-          Mañana, en cuanto se desocupe te buscaremos para que lo conozcas – dice emocionado y pensando en la gran sorpresa que se llevaría su padre al verla
-          Espero estar en el Hospital – dice la dama
-          ¿Por qué no estarías? – pregunta con curiosidad
-          Iremos a buscar heridos hacia Somme – dice la dama – saldrá una camión temprano y más tarde otro yo me iré en el segundo – indica
-          Iras aun después de todo lo vivido en las trincheras – pregunta angustiado
-          Precisamente por eso iré, solo de imaginar que alguien en algún lugar puede estar necesitando ayuda – dice la dama
-          Entonces pediré al Teniente que me deje acompañarlos, de cualquier manera aquí ya no estoy haciendo nada y me aburro demasiado – repone el joven
-          Pero Daniel no dices que mañana llegara tu padre
-          Si pero se quedara unos días podrá esperar – indica
-          Pero pensé que querías verlo – dice confundía
-          Al saber que irán allá y podrían estar en peligro, además mi padre estará aquí seguro lo veré por la mañana antes de irme y en la tarde al regresar
-          No es tan peligroso – dice la dama – el lugar al que vamos fue atacado ya no hay nadie solo vamos a buscar sobrevivientes – dice la dama un poco ofuscada
-          No entiendo cómo puedes vivir todo esto tu sola eres tan valiente – dice mirándola con cariño
-          Es solo mi trabajo – dice llegando a la puerta del Hospital
-          Iré a ver a Neville – indica el joven entrando a la recepción y acompañando a Candy hasta los dormitorios donde se despidieron, el joven se dirigió de inmediato a la oficina del Teniente para pedir permiso de salir a la diligencia con los doctores a lo cual accedió sin problema, caminaba por los pasillos para retirarse a descansar pero antes de salir Terry alcanzo a verlo de inmediato corrió para alcanzarlo y ponerlo en su lugar
-          Hey  tu muchachito – grita desde la puerta
El joven se vuelve y lo mira con curiosidad – ¿es a mi? – pregunta
-          Si a ti – dice caminando hacia la calle – ¿qué tipo de interés tienes en Candy? – pregunta sin rodeos
El joven se sorprende al escucharlo – ¿interés? – pregunta
-          Mira muchachito si lo que buscas es una aventura con ella te estás equivocando de persona, ella no es el tipo de mujer que imaginas y si no la dejas en paz te las veras conmigo – dice de manera tosca
-          Ha ya veo – dice sorprendido – pero lo que yo busque en Candy es cosa de nosotros y en tanto ella no me diga que le disgusta mi compañía no dejare de verla – repone con voz firme y ronca
-          Estas metiéndote en un terreno peligroso – dice encarándolo – te atendrás a las consecuencias – le dice plantándose frente a el
Pero Daniel no se intimidaba – veremos que tienes para mí – dice retándolo
-          Así que me retas muchachito – dice acercándose más – ya te lo dije aléjate o te arrepentirás
-          Es todo lo que tienes que decirme Terruce – dice enfatizando en su nombre – no tengo porque escuchar tus berrinches – dice el joven retomando su camino
-          Imbécil no sabes con quien te metes – le grita pero Daniel más sensato ni siquiera lo tomo en cuenta y continuo con su camino
En su camino pensó mucho en Terry siendo hijo de un Duque no tenía la suficiente madurez y educación que debería tener, pero Daniel ignoraba todo lo que el inglés estaba pasando en esos días, aunado al accidente de su padre también estaba la muerte de Susana, el no poder hablar abiertamente con la rubia lo tenía desesperado pero ahora también tenía que lidiar con un jovencito que trataba de conquistar a su pecosa, era demasiado para él y por eso tenía esos arranques de desesperación tan impulsivos que lo hacían reaccionar de esa manera tan inmadura. También pensaba en Candy la cercanía con ella le hacía sentirse feliz y en paz, había decidido presentarla con su padre no sin antes contarle la verdad sobre su origen, estaba resuelto a volver a Escocia con Candy y que por fin terminara la tan incansable búsqueda que tan agobiados tenia a toda la familia, sin embargo las cosas no serian tan fáciles como el joven soldado pensaba.