Candy conoce a alguien que le
recuerda a Anthony
El sábado por la mañana Candy
despertó muy temprano, algo inusual en la pequeña perezosa.
- - Buenos
días Candy que temprano te has levantado hoy – le dice Doroty al verla
- - Buenos
días Doroty, es que voy al Hogar de Pony a hacer maletas y despedirme.
Doroty llevaba una charola con la correspondencia se dirigía al estudio a
lo que Candy se ofreció el llevarle la charola a Albert.
-
- Si quieres yo la puedo llevar quiero saludar a
Albert.
Candy observo un telegrama que llamo su atención ya que conocía bien esa
letra, T.G. tomo el sobre pero no pudo indagar mucho sobre su contenido, toco
la puerta y la voz de Albert indicaba que podía pasar.
- - Buenos
días Albert ¿cómo amaneciste?, te traje la correspondencia- le dice poniendo la
charola sobre su escritorio
- - Buenos
días estoy muy bien, te despertaste
temprano – dice el rubio
- - Si
quiero regresar por la tarde del Hogar de Pony para mañana buscar un
departamento cerca del hospital. ¿No vas a revisar tus cartas?- pregunto
impaciente
- - Si claro
pero quería platicar contigo, mientras platicamos voy viendo de qué se trata.
Candy había dejado intencionalmente el telegrama encima de todas las
cartas, al verlo Albert mostro un poco de sorpresa al ver el remitente.
- - ¿Pasa
algo?, ¿son buenas o malas noticias? - pregunto bastante ansiosa
Albert abrió el sobre que decía.
¿Candy y Neil se casan? Si o no, desesperado.
T.G.
A lo que Albert solo sonrió y doblo de nuevo el papel dejándolo en el
sobre.
- - No, no
pasa nada Candy, eres muy curiosa señorita Andley.
Candy un poco sonrojada - perdón pero es que reconocí su
letra y no pude evitar querer saber si algo pasaba.
-
- Pasa que las fotos tuyas con Neil si se
publicaron y un hombre desesperado que aun te ama al leer la nota ha de ver
sentido que su vida se acababa – le dice mirándola fijamente
- - Terry
leyó la nota, pero el debe estar ca…..
- - Si
fuera un hombre casado no hubiera escrito recuerda que es un caballero - la
interrumpió
- - ¿Y vas
a contestarle, que le vas contestar?
- - Jajaja,
tranquila Candy no te impacientes solo le diré que no es lo único que le diré.
- - Está
bien Albert siento ser tan entrometida a veces.
Albert escribió el telegrama y lo dio a George para que
lo recibiera Terry cuanto antes, sabía lo que su amigo estaría sintiendo en
esos momentos.
- - Bueno
Albert me retiro iré al Hogar de Pony, regresare por la tarde, nos vemos.
- - Hasta
pronto pequeña saludos a la Srita Pony y a la Hermana Maria.
- - Ah…
Albert, gracias por lo de Neil - sonrió
- - No es
nada, mantener alejada a esa familia es lo mejor
Candy salió de la
mansión la esperaba un coche para llevarla a su destino, después de un rato ya
se veía el humilde hogar, Candy le pidió al chofer que la dejara en el camino
quería llegar caminando para disfrutar de la hermosa mañana y los bellos
paisajes que se levantaban ante su mirada, de pronto vio venir a su encuentro a
su gran amigo y confidente Klin, dando brincos y volteretas, en señal de gusto
por ver la rubia
-
- Klin, que gusto verte, ven cuéntame que has
hecho todo este tiempo - en eso brinco zafándose de los brazos de Candy,
haciendo piruetas y sonidos queriendo que lo siguiera, Candy corrió tras él y
subió a lo alto de un árbol
-
– Klin ¿a dónde vas?- grito la rubia al tiempo
que subía, al subir se sorprendió de ver que Klin estaba acompañado de una
coati rodeada de pequeñas crías, la rubia rio de alegría- pero mira nomas eres
papa!, me da tanto gusto Klin- Candy lo abrazo- me alegra saber que tienes una
hermosa familia, ahora debes de ser muy responsable Klin nada de andar haciendo
travesuras- dijo firmemente, Klin hacia piruetas y emitía sonidos contento de
ver a su amiga. La rubia bajo del árbol y continuó su camino.
Los niños que jugaban en
el jardín al ver a Candy caminando corrieron a su encuentro entre risas y
brincos todos en una gran algarabía
felices de ver a su jefe.
Niños: Candy qué bueno que volviste vamos a la colina, vamos Candy
- - No
niños necesito ver a la Srita. Pony, la Hermana María y a Paty, pero en cuanto
me desocupe los alcanzo, porque no se adelantan.
Jimmy noto algo diferente en Candy y algo le decía que no se quedaría mucho
tiempo, sin embargo corrió con los demás a la colina en espera de Candy.
Candy entro en la casa donde se encontraba la Srita Pony.
- - Candy
pasa, como te sentiste estos días que estuviste fuera.
- - Muy
bien Srita. Pony, sabe pasaron demasiadas cosas que no se por donde comenzar,
pero ¿donde está la Hermana María y Paty?
- - Tom vino por ellas para llevarlas a comprar
provisiones no tardan en volver.
- - Me gustaría mucho platicar con todas pero
bueno iré adelantando un poco.
Candy puso al tanto a la Srita Pony sobre la presentación de Albert en
sociedad y sobre su misma presentación, luego le platico que ella y la Tía
Abuela Elroy habían hecho las paces aunque la Matriarca de la familia seguía
con el mismo carácter duro y frio ante los demás, finalmente llego a la parte
donde ella consiguió trabajo, en ese momento llegaba la carreta donde venían la
Hermana María, Paty y Tom. Ambas mujeres
salieron a recibirlos, saludaron con gran entusiasmo a Candy.
- - Bueno
me dio gusto verte Candy, yo me retiro hay mucho trabajo en la granja – les
dijo Tom
- - Gracias
Tom es una gran bendición que vengas a ayudarnos - le dicen las religiosas
-
- Adiós Tom también me dio gusto verte - Candy lo
despide alzando su mano
- - Gracias
, nos vemos- dijo Paty
Todas entraron y Candy continuó con su relato sobre las
aventuras vividas en la semana que paso con los Andley.
- - Bueno
quiero decirles que encontré trabajo y comienzo el próximo Lunes, es un
hospital muy grande y tendré la oportunidad de especializarme quisiera ser
cirujana así que es para mí una muy buena oportunidad, y pues he venido a
recoger mis cosas y despedirme, se que volveré porque este siempre será mi
Hogar y jamás podaría olvidarme de ustedes, pero por este momento me separare
de ustedes, espero que me comprendan.
- - Claro
que te comprendemos Candy y te apoyaremos en cualquier cosa si esto te da felicidad
– le dice la Srita. Pony muy contenta
- - Muchas
felicidades Candy, veras que te va ir muy bien- dijo Paty
- - Candy
sabemos que has hecho todo por ayudarnos pero también sabemos que tú debes
buscar tu propio destino – le dice la Hermana Maria
Afuera Jimmy no evito escuchar por debajo de la ventana, un poco molesto
regreso con los demás, no entendía porque nuevamente tenía que marcharse Candy.
Finalmente Candy corrió con los niños quería pasar con ellos el mayor
tiempo porque sabía que los iba a dejar de ver por un buen tiempo, pero Jimmy
estaba muy triste de saber que se iba, ya una vez había aceptado que Candy se
fuera pero cuando regreso pensó que esta vez se quedaría para siempre y aunque
Jimmy vivía con el Sr. Carthrigth siempre visitaba el Hogar de Pony, Candy noto
la actitud de su amigo y no dudo en llevarlo con ella a la colina para platicar
con él.
- - Haber
Jimmy ¿porque estás tan serio conmigo?
- - Jefe es
que pensé que esta vez te quedarías para siempre con nosotros.
- - Ya una
vez lo habíamos platicado cuando me fui al Hospital Santa Juana te acuerdas, y
aunque cuando regrese creí que pasaría más tiempo aquí sabía que no sería para
siempre, todos debemos buscar nuestro destino, la vida no espera Jimmy si me
entiendes verdad.
- - Si jefe
te entiendo, aunque quisiera que no te vayas se que vas a volver, y no quiero
que te vuelvas a ir sin que nos despidamos.
- - De
acuerdo Jimmy entonces volvamos con los demás quiero aprovechar todo el tiempo,
por la tarde regresare.
Esa tarde los niños jugaron con Candy, subieron al padre árbol y corrieron
por la pradera, Candy se sentía tan feliz recordando los días en que pasaba con
Annie. Cuando todos los niños regresaron al Hogar Candy subió al padre árbol
para despedirse, sentada en lo más alto de una rama recordó a Terry, esos
últimos días había pensado mucho en él como si presintiera algo que ella misma
no entendía, cerro sus ojos y pensó para sí – Terry que estarás haciendo en
estos momentos, acaso lograste ser feliz, porque yo aun no consigo olvidarte-
de sus ojos rodaban lagrimas y su alma se encogía del dolor que sentía, - Han
pasado casi dos años desde entonces, ¿donde estas?.
Candy bajo y fue a recoger sus pertenencias, el coche la esperaba ya, se
despedía de todos, los abrazaba y a los mayores les encargaba que cuidaran a
los menores, abrazo a sus madres que con lagrimas en los ojos le pedían que se
cuidara y que escribiera seguido, luego abrazo a su amiga Paty quien prometió estar
en contacto constante con ella, así pues partió llena de esperanzas a una nueva
vida.
El Domingo por la mañana Archie llevo a Candy a ver al Sr. Thomas para
rentar el mismo departamento donde había vivido con Albert, para buena suerte
de la rubia estaba disponible, un gran árbol estaba frente a la ventana, lo
cual alegro mucho a Candy ya que podía ejercitarse trepando a el de vez en
cuando. Esa misma tarde se mudo, limpio
el departamento y se instalo.
El Lunes Candy se levanto muy temprano, se puso un sencillo vestido,
arreglo su cabello y puso un poco de brillo en los labios, era una chica muy
bella aunque ella nunca fue demasiado vanidosa ni le interesaba lucir atractiva
para nadie, entre más cómoda mejor. Al llegar al Hospital el Dr. Lewis la llevo
con la jefa de enfermeras para recibir sus primeras tareas.
- - Dra.
Esther Morris ella es Candy White Andley de quien le había hablado, desde ahora
estará bajo sus órdenes – le indica el galeno
- - Mucho
gusto Doctora Morris estoy muy emocionada y ansiosa por comenzar a trabajar –
dice la rubia entusiasmada
- - Bienvenida
y qué bueno que está ansiosa Srita. White porque hay mucho trabajo – dice la
mujer en tono autoritario
- - Bueno
las dejo y mucha suerte Candy – se retiro el Galeno dejándolas solas
La Doctora Esther Morris era una mujer alta, un poco embarnecida, madura de
cabello negro y ojos cafés, su semblante era de seriedad, era una de las
mejores Doctoras del hospital era cirujana y asistía en la mayoría de ellas,
era una persona muy estricta en su trabajo y tenía fama de ser muy dura.
- - Srita.
White quiero que sepa que me gusta la gente responsable, puntual y sobre todo
comprometida con el trabajo, no quiero que por ningún motivo llegue tarde o
falte a menos que sea una causa de fuerza mayor, cualquier duda que tenga me la
pregunta no se sienta capaz de resolver asuntos en los que dude, es mejor
preguntar qué cometer un error aunque en este trabajo los errores no deben
existir.
- - Entendido
Dra. Morris y llámeme Candy si le parece, estoy lista para comenzar de inmediato.
- - Ven
acompáñame a la sala de urgencias, toma esta bitácora debes anotar todos los
datos del paciente, Nombre, Edad, Dirección, si viene algún familiar con ellos,
antecedentes médicos como alergias a medicamentos o sustancias, debes de tomar
la presión, temperatura, etc. Todo viene en la Bitácora y debe firmar el
ingreso algún familiar o el mismo paciente si puede.
Ambas mujeres ingresaron a la sala que se encontraba llena acababan de
recibir varios heridos de una construcción que se había venido abajo uno de los
andamios y varios obreros resultaron con serias heridas, Candy rápidamente
atendió a un par de obreros curando sus heridas, había otro hombre que había
sido herido con una varilla se le había clavado en un costado y necesitaba
cirugía urgentemente, la Dra. Morris se preparaba para la cirugía y Candy
estaría presente, sería su primer cirugía en su primer día lo cual la hizo
sentir un tanto nerviosa pero recupero la calma no podía dudar ni un minuto.
Mientras en la Cd. De Nueva York Terry no recuperaba la calma después de
leer el anuncio del periódico, salió de su departamento rumbo al Teatro para
ensayar ya que era lo único que lo calmaba, por la tarde fue a visitar a su
madre para que le diera un poco de ánimos.
- - Buenas
tardes Eleonor, ¿como estas?
-
- Hola hijo muy bien y ¿tu como sigues?
- - Me siento muy desesperado madre no se qué
pensar
- - Hijo no
seas negativo, seguro es un mal entendido sobre todo si dices que Candy no
soporta a ese chico.
- - Si,
algo no anda bien estoy casi seguro.
-
- Ven vamos a tomar una taza de chocolate.
- - Claro,
vamos, te platique que el Dr. Curtis es el mismo amigo de mi padre en Londres
- - De
veras es Frederik , que coincidencias, bueno entonces debes estar tranquilo
Susana será atendida a cuerpo de reina
- - Pues sí,
y sabes otra cosa sus hijos trabajan en Chicago, esa es más coincidencia ¿no? –
dice con entusiasmo
- - Pues
mucha qué raro que no trabajen con su padre
- - Decidieron
abrirse camino por sí mismos, tal vez conozcan a Candy - dijo pensativo
- - Chicago
tiene muchos Hospitales y no todo mundo se conoce - agrego su madre
- - Pero
albergare esa esperanza
- - Claro
que si hijo vamos a la sala ven - indico Eleanor
Terry acompaño a su madre, charlaron un poco sobre la jira que estaba por
comenzar, no sería muy larga visitarían solo algunas ciudades duraría solo 4
meses, suficientes para que Terry se olvidara un poco de su relación don
Susana, Eleonor le daba consejos de expresión escénica, Terry disfrutaba mucho
esos momentos en que veía como su madre le enseñaba sobre actuación.
En esa semana el Jueves acompañaría a Susana con el médico para que les
diera el diagnostico.
En Chicago Candy termino su turno muy cansada, había asistido a la Dra.
Morris y todo había salido muy bien, conoció una enfermera con quien se llevo
muy bien su nombre era Sara, era una chica que vivía con su hermano era tres
años mayor que Candy era una mujer muy hermosa, de largo cabello negro, ojos
azules, alta y de tez blanca.
Candy se sintió muy satisfecha de
los logros en su primer día, se dispuso a descansar un poco y luego salió a
caminar al parque.
Esa semana Candy observo a un doctor el cual se parecía demasiado a
Anthony, mismos ojos azules, rubio ella pensaba que así hubiera sido Anthony,
el joven Doctor también había observado a la pequeña pecosa sin embargo
aguardaba el momento oportuno de cruzar palabra con la rubia.
El miércoles por la mañana Candy salió a las afueras del hospital a caminar
un poco en su hora de descanso, el doctor a su vez llegaba por la parte de los
jardines no usaba su bata blanca y se detuvo un momento a acariciar las rosas,
Candy que cruzaba por ese lugar quedo paralizada al verle y más aun al escuchar
lo que decía.
- - Que
bellas amanecieron este día, dejaran de florecer pero el próximo año se
vestirán de colores.
- - Athony
¿eres tú? – pregunto Candy casi paralizada
El joven Doctor giro para encontrarse con la mirada atónita de la rubia, -
Perdón señorita tal vez me confunde.
Candy un poco avergonzada le dice – Lo siento pero es que al escucharlo y
de espaldas pensé que era otra persona.
- - Lamento
no ser la persona que esperaba, pero mucho gusto soy el Dr. Frank Curtis espero
que la próxima vez que nos veamos no me confunda – le sonríe
- - Ho
mucho gusto soy Candy White y le pido disculpas Doctor por mi entromisión.
-
- Dígame Frank por favor somos colegas, pero no
se disculpe señorita tal vez tenga muchas ganas de ver a su amigo y por eso es
que me confundió.
-
- Dígame Candy y si tal vez sea eso.
- - Bueno
pues me retiro me dio gusto conocerla nos vemos luego.
-
- Hasta luego.
Candy se quedo sola y no pudo evitar mirarle hasta que entro al hospital,
jamás hubo alguien capaz de acelerar su corazón después de Terry, y pensaba
para sí - Por dios que te pasa Candy, como es posible que hayas confundido al
Doctor eres una tonta, Anthony ya no está hace mucho que se fue, ¿que habrá
pensado de mi ?
Al terminar su descanso entro al hospital y la abordo su amiga Sara.
- - Hola
Candy no estabas en la cafetería fui a buscarte.
- - Salí a
pasear por los jardines un momento.
- - Te
pareces a mi hermano prefiere el aire puro a los tumultos de la gente.
- - ¿Tienes
un hermano? No me lo habías dicho – preguntó con curiosidad
- - Bueno
es que no había salido a la plática, pero si lo tengo y es muy tranquilo y
soñador.
- - Espero conocerlo pronto y ¿vive en tu casa con
tus padres?
- - No mis
padres viven en Nueva York mi hermano y yo decidimos venir a trabajar a Chicago
para abrirnos camino por nuestro trabajo y no por el apellido de mi padre.
- - En
Nueva York – lo dijo con algo de sorpresa
- - Si
Candy ¿tienes algún conocido en esa ciudad?- pregunto con curiosidad
- - No no , es que me sorprendí porque pues viven
lejos de sus padres – trato de excusarse
- - Bueno
si batallaron para asimilar la noticia pero logramos convencerlos y gratamente
les hemos demostrado que podemos llegar lejos - sonrió
- - Me da
mucho gusto por ustedes, ¿y visitan seguido a sus padres? - continuo
preguntando
- - Cada
vez que tenemos vacaciones o días libres procuramos visitarlos, no con la
frecuencia que quisiéramos pero tenemos mucha comunicación con ellos.
- - Entonces
¿tus padres son doctores?
- - Bueno
solo mi padre es director de un hospital en Nueva York y es muy reconocido
cirujano.
- - Entonces
lo traen en la sangre, que gusto me da por ustedes.
- - Gracias
Candy, si me gusta mucho esta profesión y mi hermano también ama salvar vidas,
es por eso que te digo que se te parece creo que le caerás muy bien cuando se
conozcan, le gustan los días de campo, los lugares apacibles y es muy sensible.
- - Pues si
no te lo niego me agrada más un lugar tranquilo que un lugar ruidoso, y claro
también me gusta atender a mis pacientes y precisamente voy a ver a mi paciente
del 201.
-
- El empleado de la construcción no es así,
escuche que asististe a la Dra. Morris y que fue una operación muy larga.
- - Así es
y muy delicada
- - Pues
tienes mucha suerte creo que te llamare Doctora más rápido de lo esperado, la
Dra. Morris nunca había dejado a una estudiante asistirla en una operación.
- - Entonces
si tengo mucha suerte tal vez le caí bien.
- - A la
Dra Morris bueno serás la excepción porque no tiene muchas preferidas en el
hospital, es una Doctora muy estricta y no tiene preferencias con las
enfermeras o Doctores.
- - Bueno
de cualquier manera me siento afortunada.
- - Bueno
te acompaño, y bien dime Candy ¿tienes novio?
Candy respondió un poco triste un simple No.
- - Lo
siento Candy no era mi intención traerte malos recuerdos.
- - No es
eso, hace mucho que tuve uno y desde entonces no he conocido a nadie que me
interese, aunque – dijo un poco pensativa recordando a Frank a quien había
conocido hacia unas horas.
- - Que
pasa entonces ¿ya conociste a alguien?
- - Bueno
es que no lo sé, conocí a alguien en el jardín, es todo.
-
Bueno
no te atocigare con preguntas les daré tiempo para que me cuentes todo.
Por fin llegaron al cuarto 201 ahí se despidieron y Candy se dispuso a
curar a su paciente. Por la tarde continuo sus labores y al llegar a su
departamento se recostó en su cama, recordando cada detalle del encuentro con
Frank, aun no podía creer que lo hubiera confundido, a sus pensamientos vino la
imagen de Anthony y así cayó en un apacible sueño hasta la mañana siguiente.
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